Un pozo cambia la vida de la población que atienden los misioneros salesianos en Mikomeseng (Guinea Ecuatorial)

La ciudad de Mikomeseng es una aldea rural en el norte de Guinea Ecuatorial que tiene alrededor de 7.000 habitantes y que se encuentra muy cerca de las fronteras con Camerún y Gabón. Las redes eléctricas e hidráulicas son casi inexistentes en la ciudad y el Estado aún no ha planificado un sistema permanente de suministro de agua y electricidad para la zona.

La comunidad salesiana de Mikomeseng también sufre estos problemas que tanto condicionan la vida de la población, especialmente con los continuos apagones y cortes de suministro eléctrico y de abastecimiento de agua. La ausencia de agua ha sido siempre un desafío diario para los misioneros salesianos a la hora de atender a la población y mantener sus actividades educativas y pastorales.

La escasez de agua en la zona obliga a tener siempre grandes reservas para las actividades diarias en el colegio salesiano, y también a utilizarla con criterio. Por este motivo, se propuso hace tiempo la necesidad de construir un pozo de agua potable para la comunidad salesiana, el colegio y la la parroquia, y que beneficiara también a la población que atienden los misioneros salesianos.

La comunidad salesiana atiende cada día a alrededor de 500 personas entre menores y jóvenes que van al colegio y al centro juvenil y fieles que asisten a la parroquia. Tras los estudios sobre la viabilidad del proyecto y la existencia de agua en el subsuelo, el objetivo del proyecto, financiado por Misiones Salesianas, fue lograr el autoabastecimiento de agua para la comunidad salesiana de Mikomeseng y para sus sectores de actividad.

El objetivo de este proyecto era el abastecimiento de agua potable en la presencia salesiana

Mikomeseng está situado en una zona rural. La mayoría de las jóvenes son madres que tuvieron hijos a una edad temprana y, por lo tanto, dejaron de estudiar. Por este motivo, a la escuela y al centro juvenil asisten sobre todo los niños y jóvenes, porque las niñas y las jóvenes madres se encargan de las tareas del hogar y de cuidar a los hijos.  

El proyecto de la construcción del pozo en la presencia salesiana ha podido llevarse a cabo según el diseño inicial. Salvo la inflación continua de los precios, la obra no ha sufrido contratiempos. Gracias a este pozo, el centro dispone ahora de agua en cantidad y calidad suficientes para realizar sus actividades y, sobre todo, para el bienestar de todos los beneficiarios.

El pozo de agua potable en la comunidad salesiana de Mikomeseng y para sus sectores de actividad era un proyecto vital. Toda vida humana sin agua en cantidad y calidad suficientes está condenada a desaparecer, porque el agua es vida; especialmente el agua potable. Gracias a esta iniciativa salesiana también se ha contribuido a mejorar la salud de los habitantes de la ciudad, combatiendo las enfermedades y epidemias ocasionadas por el consumo de agua no potable.