El sueño misionero de un joven salesiano de RD Congo en la selva ecuatoriana

Alexandre nació en Goma y a los 13 años empezó sus estudios con los Salesianos. Desde el primer momento se sintió como en su casa y pasaba horas en el taller practicando lo que tanto le apasionaba: la mecánica general. Cuando terminó sus estudios secundarios, decidió iniciar una experiencia religiosa salesiana en lugar de ingresar en la universidad como querían sus padres.

Desde el primer momento Alexandre tuvo clara su intención de optar por la vida misionera. En su último año de posnoviciado tomó la decisión de escribirle una carta al Rector Mayor para expresarle su disponibilidad para las misiones ad gentes (fuera de su cultura) y ad vitam (para toda la vida). El padre Ángel Fernández Artime le respondió con un sí a su petición y meses más tarde viajó al encuentro de preparación para el envío de la expedición misionera número 150 en Turín, Valdocco.

Ese encuentro le permitió conocer salesianos de otras culturas y aprender una frase que la recuerda perfectamente: “Como misioneros ustedes van a conocer nuevas culturas, pero no piensen que van a dar algo nuevo ahí; por el contrario, primero vayan y aprendan de los demás y luego compartan lo que ustedes tienen”.

Cada día guía a los jóvenes en sus tareas para conocer las tradiciones shuar

El joven salesiano reconoce que su vocación misionera es producto del ejemplo de vida del coadjutor Honorato Alonso, salesiano dedicado a la formación técnica, pero que siempre acompaña a los muchachos. Lo describe como un salesiano que prefiere actuar antes que hablar y que, siendo una persona de una cierta edad, no se quedaba en los talleres, sino que salía al patio a jugar fútbol con los chicos. “Con su cercanía, con su servicio entre nosotros, me impulsó a esta vida”.

Sin saber mucho español, Alexandre llegó a la capital de Ecuador para aprender más del idioma y conocer un poco la cultura local. Después se trasladó a la comunidad de Yaupi, un lugar que le impresionó por ser un lugar aislado en la selva. “No podía imaginarme que en Ecuador existía un lugar así”.

Alexandre es profesor de Física y de Filosofía en la residencia estudiantil que funciona en la comunidad, pero la pandemia de coronavirus suspendió las clases presenciales y cambió la dinámica del día a día. En la actualidad sigue grabando sus clases para ser transmitidas por radio y que los jóvenes puedan seguir aprendiendo desde sus comunidades.

Los sábados camina por la selva durante hora y media con destino a la comunidad San Antonio de Yaupi. En este trayecto invita a los niñas, niños y jóvenes a participar de la catequesis y acercarse a Dios. Actualmente tiene un grupo de 15 chicos que se preparan para la Primera Comunión y seis para la Confirmación. “El desafío es llegar a entender a nuestros destinatarios, conocerlos más, estar cerca de las comunidades y entregar lo que nosotros tenemos”.