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Ver todas las noticiasDía Universal de la Infancia. Más pobreza y menos oportunidades para los menores
El Día Mundial de la Infancia, que se conmemora el próximo sábado, día 20, es una oportunidad para crear conciencia sobre la protección, seguridad, salud y educación de todos los niños y niñas del mundo independientemente del lugar de su nacimiento o procedencia. Celebramos este día desde 1954, así como el aniversario de la Declaración Universal de Derechos del Niño, que se aprobó en 1959, y de la Convención de los Derechos del Niño de 1989, el más universal de los tratados internacionales.
A pesar de todos los avances legislativos, los indicadores sobre el bienestar de los niños y niñas en el mundo han ido a peor en los últimos años. La pobreza infantil ha aumentado un 15% en estos 20 meses que llevamos de pandemia. Hay más de 250 millones de niños y niñas que no van a la escuela, más de 164 millones tienen que trabajar, se prevén más de 100 millones de matrimonios infantiles antes de que finalice la década, más de 140 millones de menores viven en hogares pobres, más de 100 millones viven en la calle, más de 1,3 millones de menores están privados de libertad y cumplen condenas en cárceles de adultos…
Más pobreza, más hambre, menos niños y niñas en la escuela, más trabajo infantil, más matrimonios de menores, menos salud, menos protección… en definitiva, una infancia más vulnerable y con menos oportunidades es el resumen del terreno que se ha retrocedido en este tiempo de pandemia.
Ante esta situación, hemos lanzado la campaña Infancias perdidas, porque el compromiso de los misioneros salesianos es, precisamente, con todos esos niños y niñas que no tienen infancia. Nuestro trabajo está, sobre todo, al lado de los que no nacen en el lado bueno del mundo y que no cuentan con oportunidades para salir adelante.
Con ‘Infancias perdidas’ apoyamos a los menores que viven en las calles, los refugiados, los no acompañados en las fronteras…
Los misioneros salesianos en todo el mundo trabajamos para mejorar la calidad de vida de estos niños y niñas, darles una educación de calidad, acompañarlos, darles apoyo y hacerles los protagonistas de sus vidas.
La Convención de los Derechos del Niño y de la Niña establece un conjunto de derechos, incluidos los relativos a la vida, la salud, la educación, el derecho a jugar, a la vida familiar, a estar protegidos de la violencia, a no ser discriminados y a que se escuchen sus opiniones.
A pesar de ello, 385 millones de menores viven en la pobreza extrema y 5,6 millones de niños menores de cinco años murieron el año pasado por causas que podían haberse prevenido.
Algunos ejemplos de nuestro trabajo en el mundo lo representan Jonás, un niño que salió de las calles de Benín y hoy quiere ser agrónomo; Mark, que ha tenido una segunda oportunidad en el Centro Magone de Filipinas tras estar en prisión por vender drogas; los cientos de niños y niñas que trabajan en las fábricas de ladrillos de Pensahaur, y que los salesianos tratan de que vuelvan a la escuela; los menores desplazados en Gumbo o los pequeños refugiados de Palabek, que reciben una comida nutritiva y educación; los niños y niñas que están en Tijuana y que encuentran lugares donde los protegen; los menores en cárceles de adultos a los que salvan de los abusos los misioneros salesianos…
Por todo ello, en el Día Universal de la Infancia pedimos a los gobiernos que hagan una apuesta real por los niños y niñas y que trabajemos juntos para revertir el tiempo perdido por la pandemia.