Zona de aprendizaje feliz en el colegio Don Bosco Puthuppally (India) en la vuelta a las aulas tras la pandemia

Después de un largo periodo de encierro debido a la pandemia, los estudiantes del estado de Kerala regresaron a las aulas hace unas semanas. Los alumnos del colegio Don Bosco en Puthuppally comprobaron con sorpresa, pero a la vez entusiasmados, lo que les habían preparado los Salesianos para volver a su escuela: una zona denominada de aprendizaje feliz.

El director del colegio Don Bosco, el misionero salesiano Tony Cherian, explica que “la mayoría de los niños no puede cambiar del aprendizaje en el hogar al del aula al instante, y los maestros no siempre pueden manejar a numerosos niños inquietos e impacientes. Por ese motivo pensamos fuera de los esquemas tradicionales para abordar el problema con mucha anticipación y establecer una zona que hemos llamado de aprendizaje feliz para nuestros jóvenes”.

Gracias a la colaboración de varias ONG con las que trabajan los Salesianos, esta idea se convertido en realidad con una puesta en marcha muy efectiva. Con la vuelta a las aulas después de muchos meses por la emergencia en el país, se ha involucrado a los niños y a las niñas en actividades prácticas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas (STEAM, por sus siglas en inglés) a través de técnicas y metodologías innovadoras, como la educación terapéutica.

Este sistema ayuda a adquirir habilidades de pensamiento crítico, creatividad, comunicación y trabajos colaborativos

Los beneficios de este enfoque educativo son múltiples y las reacciones de los jóvenes estudiantes también: “Son curiosos, se emocionan y muestran su compromiso para querer descubrir cosas nuevas, en lugar de limitarse a avanzar en los programas de las distintas asignaturas en el aula”, asegura el padre Cherian.

La Zona de aprendizaje feliz de Don Bosco Puthuppally ofrece un espacio único para que los estudiantes se entreguen al aprendizaje a través de la experiencia. De esta forma, eliminan el miedo al fracaso y puedan perfeccionar sus habilidades metacognitivas para convertirse en protagonistas de su futuro.

Los profesores, por su parte, se han convertido en terapeutas y facilitadores para los estudiantes en sus exploraciones, descubrimientos e innovaciones basadas en la investigación, que es el núcleo del aprendizaje a través de la educación STEAM.

“Las actividades STEAM proporcionan un entorno en el que un estudiante puede tocar, sentir y aprender haciendo, a través de un proceso pensamiento proyectual. Esta metodología educativa promueve hacer cosas, relacionarlas con el mundo real y los temas del libro de texto experimentándolas con una mentalidad científica”, agrega George Panicker, antiguo alumno salesiano y fundador y director ejecutivo de International STEAM Research.