Noticias
Ver todas las noticiasLa esperanza de Don Bosco en medio de la crisis social, económica y de refugiados que vive Líbano
Líbano ha pasado de ser un país próspero y modelo a vivir sumido en una crisis que ha empobrecido a la población. De tener una política abierta y acogedora con los refugiados a no saber qué hacer con ellos por no poder atenderlos. La crisis que comenzó en 2019, unida a la pandemia y a la explosión en el puerto de Beirut en agosto de 2020 tienen al país al borde del colapso hasta el punto de que quien puede se va de Líbano. En este contexto, los misioneros salesianos prestan una ayuda más importante que nunca a los menores y jóvenes refugiados a los que ofrecen un ambiente educativo y de ocio de paz en medio de las dificultades diarias que viven con sus familias.
Antes de la llegada de la pandemia Líbano se sumergió en una crisis política y económica que mantiene al país al borde de la quiebra. Más tarde, el coronavirus y la explosión en el puerto de Beirut aceleraron esa crisis que también se trasladó a nivel social. Líbano, un país acogedor de refugiados se ha convertido en mera supervivencia en medio de la pobreza, la devaluación de la moneda y la escalada de precios.
Más de 300.000 personas perdieron sus hogares y 100.000 menores, la gran mayoría refugiados, se vieron afectados psicológica y físicamente en la explosión en el puerto de Beirut. Desde el primer momento los misioneros salesianos contribuyeron a desescombrar la zona afectada, hicieron llegar ayuda de emergencia a los afectados y les proporcionaros refugio.
La instabilidad de Líbano contrasta con el “oasis de paz” que se vive en las obras salesianas
Casi año y medio después de esa actuación de emergencia, los Salesianos en Líbano, con sus dos obras situadas a 30 kilómetros de Beirut, ofrecen educación profesional en su Instituto Técnico Don Bosco y acogen a menores y jóvenes refugiados con actividades de ocio y tiempo libre.
En este difícil contexto de supervivencia, los misioneros salesianos continúan trabajando con todos los medios a su disposición junto a los más débiles y marginados de la sociedad. Hay muchos niños y jóvenes hijos de obreros y también gran cantidad de refugiados sirios e iraquíes. Unos sueñan con la paz para regresar a su país y otros poder viajar a otro país que los acoja…
“Es impresionante ver la alegría que brilla en los rostros de los niños y adolescentes y el entusiasmo que ponen al participar en las diversas actividades que se ofrecen”, asegura el director de la comunidad salesiana en Líbano, Simon Zakerian.
Todos los menores y jóvenes reciben apoyo educativo a través de becas, ayuda psicológica y también material con la entrega de alimentos, medicinas, artículos para la higiene y limpieza. Las instalaciones salesianas siempre tienen abiertas sus puertas para que puedan participar en las actividades de los oratorios festivos y los centros juveniles.
Sembrar alegría, confianza y esperanza, así como ofrecer ayuda concreta, continúan siendo los objetivos primordiales de los misioneros salesianos en la situación actual del Líbano. “Pedimos oraciones por este pueblo, por estos jóvenes y por los niños que tanto sufren”, asegura el padre Simon.
