Aishwarya, la menor india que recuperó su infancia y su futuro gracias a la educación de Don Bosco

Aishwarya tiene 14 años y es la mayor de seis hermanos de una familia de trabajadores muy humildes en la aldea de Galag, en el estado de Karnakata. Apenas ha ido a la escuela porque sus padres, que a duras penas llegan a fin de mes, le encomendaron a Aishwarya desde niña cuidar a sus hermanos menores. Cuando creció, le pidieron que ayudara a su madre con el trabajo en los campos de algodón.

Los trabajadores sociales del Colegio Don Bosco Devadurga encontraron un día a Aishwarya trabajando en el campo durante una de sus visitas a la aldea. Hablaron con su madre y también con ella sobre la importancia de ir a la escuela y de retomar sus estudios. También visitaron su casa y finalmente convencieron a los padres de que la enviaran a la escuela.

Como preparación para la escuela ordinaria, Aishwarya realizó un curso de nivelación académica en el centro Don Bosco Devadurga. A pesar de las dificultades por la pandemia, cuando comenzó las clases sólo sabía leer un poco de kannada y apenas podía seguir las asignaturas: necesitaba que la enseñaran todo y de manera muy despacio. Empezó en el cuarto curso de la escuela nivelación y con mucha paciencia y esfuerzo cada día le gustaba más ir a la escuela.

La escuela le permitió a Aishwarya adquirir conocimientos y mucha confianza en sí misma

Con el tiempo, Aishwarya empezó a aprender a escribir y a interesarse por todo lo que aprendía. Los profesores notaron un gran cambio en ella al evaluar su aprendizaje al cabo de un mes. Tras un año y medio de ir a clase, Aishwarya mejoró su capacidad de comunicación y también su seguridad y confianza en sí misma.

Se convirtió en una participante asidua en los programas culturales de la escuela, en las actividades deportivas y también en los juegos. Después del curso de nivelación su aprendizaje académico la situó en el 6º curso. En ese momento sus profesores la enviaron con orgullo a la a la escuela ordinaria, donde ahora está en el 7º curso.

La joven Aishwarya empezó a soñar con un futuro distinto y con ayudar a su familia y a su aldea. En la actualidad, su camino hacia un futuro lleno de oportunidades es un orgullo no sólo para ella, sino también para todos los profesores y misioneros salesianos que trabajan en la transformación de la vida de los niños y niñas más humildes como Aishwarya.

La joven se ha convertido en un ejemplo más de superación y también de esperanza y de éxito gracias a la educación de Don Bosco.