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Ver todas las noticiasDe la calle a la panadería: los productos navideños de los menores que aprenden un oficio en los hogares Don Bosco de Perú
Los jóvenes de los hogares de la Red de Acogida Don Bosco en Perú cuentan con su propia panadería, llamada Panificadora Don Bosco, en la que además de elaborar panes y turrones en estas fechas cercanas a la Navidad también preparan los famosos panetones Don Bosco. Esta actividad tiene como finalidad capacitar a los chicos en el aprendizaje de un oficio que les permitirá contar con una herramienta laboral en el futuro, a la vez que permite sostener esta obra social de los Salesianos para los menores en situación de calle.
Estos menores, gracias a los talleres de cocina, repostería y panadería que reciben, consiguen un desarrollo no sólo profesional, sino también a nivel humano, con mentalidad empresarial pero sobre todo solidaria. En la campaña navideña, además de los productos que realizan habitualmente, preparan los famosos panetones Don Bosco, que ya llevan cinco años en el mercado y con gran aceptación de los ciudadanos.
En el Hogar Don Bosco de Cuzco, por ejemplo, son 64 los adolescentes que participan en esta actividad de venta de productos de repostería y cuya recaudación siempre va destinada a la adquisición de material escolar, ropa y otras necesidades para sus estudios.
Panes, postres y panetones salen de sus hornos cada día, pero ahora que se acercan las fechas navideñas, también preparan el tradicional Turrón Don Bosco. Todos los productos son elaborados por los propios niños y jóvenes acogidos por los misioneros salesianos tras dejar su pasado en las calles.
Los jóvenes de estos hogares salesianos tienen entre 11 y 20 años y todos provienen de ambientes de riesgo social. Divididos en diversos grupos, ahora trabajan de manera coordinada para la elaboración de los tradicionales panetones, además de hacer panecillos, empanadas y otros productos destinados a la venta.
En la Red de Casas de Acogida Don Bosco se brinda formación a los niños y jóvenes desde la educación básica hasta el aprendizaje de un oficio para que puedan enfrentarse al mundo del trabajo. Los jóvenes se forman en carreras técnicas como mecánica automotriz, administración hotelera, informática, enfermería, carpintería, dibujo técnico, pedagogía…
Los beneficiarios de estos centros salesianos, que vienen de vivir en la calle o de entornos de extrema pobreza, reciben experiencia de hogar, formación humana y cristiana, educación para el trabajo e inserción a la familia y a la sociedad.
