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Ver todas las noticiasEducación y alimentación para cambiar el futuro de la población de Touba (Malí)
Los misioneros salesianos siempre están en primera línea cuando se trata de garantizar los derechos de la infancia a la educación y a la alimentación, especialmente la más vulnerable y desprotegida. En la ciudad maliense de Touba los Salesianos tienen una parroquia muy grande, que incluye no menos de 76 aldeas, y allí han comenzado un ambicioso proyecto global para contribuir al desarrollo de aquellas comunidades.
Los Salesianos han abierto 15 aulas para garantizar la alfabetización de la comunidad local de Touba, han comenzado proyectos de capacitación técnica y profesional con diferentes talleres, han creado un pequeño centro deportivo, han abierto una escuela secundaria y han construido un internado que alberga a estudiantes que provienen de aldeas rurales distantes.
El trabajo de los misioneros de Don Bosco se hace más necesario cada día porque a las condiciones habituales de dificultad en las zonas menos desarrolladas del planeta se están añadiendo otras nuevas: la pobreza y los conflictos son siempre una amenaza para la educación de los menores, por lo que en la actualidad la incertidumbre está en que puedan sobrevivir para acceder a estas oportunidades que les brindan los Salesianos.
Malí se encuentra entre los primeros diez países del mundo en términos de mortalidad neonatal y más de 850.000 niños menores de cinco años están en riesgo de desnutrición aguda.
Además, más de un millón de menores no asiste a la escuela primaria, y un millón aproximadamente no asiste a la escuela secundaria. El año pasado, más de 650 escuelas fueron cerradas por los grupos terroristas, convirtiendo Malí en “el epicentro de los grupos yihadistas que hacen furor en el Sahel”, según el secretario de la Conferencia Episcopal del país africano.
Tan sólo una cosa es importante para los salesianos de Touba: poder continuar educando a niños y jóvenes y cuidarlos de manera integral. La escuela secundaria San Juan Bosco fue la primera en la ciudad y significó un cambio radical para los ciudadanos porque hasta ese momento los menores tenían que mudarse a la ciudad más cercana para continuar sus estudios.
Pensando en los jóvenes y en sus necesidades, los Salesianos no pueden olvidar la nutrición adecuada que deben recibir. Para ello están planeando la construcción de una cocina y un comedor en el internado Foyer Don Bosco, que alberga a unos 50 estudiantes de entre 12 y 17 años de familias muy pobres.