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9 julio, 2025

Sudán del Sur: lonas para refugiarse de la lluvia y dignidad para las personas desplazadas en medio del caos

En el 14º aniversario de la independencia del país más joven del mundo, Sudán del Sur, que se conmemora hoy, más de 5.000 personas desplazadas por el conflicto en el vecino Sudán han mejorado sus condiciones de vida gracias a la distribución de plásticos impermeables realizada por los misioneros salesianos en el campo de desplazados de Gumbo, en Juba. Esta intervención de emergencia ha evitado que cientos de familias en situación de vulnerabilidad pasen la temporada de lluvias sin protección.

La emergencia humanitaria continúa agravándose en Sudán del Sur. A la violencia interna de casi 12 años de guerra, se le suma conflicto en el vecino Sudán. Miles de personas huyen a diario de la violencia y de la inseguridad, pero muchas de ellas han encontrado un mínimo respiro en el campo de desplazados internos gestionado por los misioneros salesianos en la localidad de Gumbo, a las afueras de la capital del país más joven del Juba, que hoy celebra el14 aniversario de su independencia.

En este entorno de precariedad extrema, en el que más de 6.000 personas sobreviven en condiciones muy difíciles, la llegada de la temporada de lluvias supone siempre una amenaza adicional. Los plásticos que servían de techo en muchos de los refugios temporales improvisados estaban desgastados o rotos tras años de uso bajo un clima extremo, con temperaturas elevadas, vientos fuertes y lluvias torrenciales. Sin protección adecuada, las familias -sobre todo las encabezadas por mujeres, personas mayores o con discapacidad y niños pequeños- se enfrentaban a un riesgo real de enfermedades, inundaciones y pérdida de lo poco que poseen.

Ante esta situación, los misioneros salesianos, con el apoyo de la Oficina de Desarrollo Provincial (PDO), han puesto en marcha una intervención de emergencia para la distribución de plásticos impermeables de calidad humanitaria a las 750 familias en situación de mayor vulnerabilidad en el asentamiento.

La identificación de los destinatarios se realizó con la colaboración de líderes comunitarios, jóvenes voluntarios y representantes de mujeres del propio campamento. Los criterios de selección incluyeron la gravedad del estado del refugio, la composición familiar y la ubicación en zonas propensas a inundaciones.

Más de 5.000 personas pueden ahora dormir sin humedades y protegidas también del sol

Gracias a una financiación de 15.000 euros y a una rápida organización logística, se adquirieron lonas resistentes a los rayos UV de 4×6 metros. Cada familia recibió dos unidades, suficientes para cubrir su refugio provisional. La distribución se realizó en el recinto salesiano con verificación de identidad, turnos asignados y asistencia personalizada para personas mayores o con movilidad reducida.

El misionero salesiano Leo Arokianathan, responsable del proyecto, destaca que “no se trataba sólo de entregar materiales, sino de asegurar la dignidad de estas personas y mostrar que no están solas”. El gesto, sencillo en apariencia, ha tenido un impacto profundo: más de 5.000 personas, entre ellas 3.610 mujeres, duermen ahora secas, protegidas y con una mayor sensación de seguridad.

La lona es más que un techo. Es la diferencia entre una noche tranquila y una noche de miedo bajo la lluvia”, comentó una madre desplazada tras recibir el material. Las lonas también contribuyen a preservar la intimidad de las familias y a proteger los bienes más básicos, incluidos los utensilios de cocina o la ropa de los niños.

El proyecto se adaptó sobre la marcha para incluir la entrega de los materiales en el propio refugio a los casos más necesitados, un cambio no previsto inicialmente pero que apreció mucho la comunidad. También se establecieron mecanismos de seguimiento tras la distribución, fortaleciendo la transparencia y la relación de confianza entre los desplazados y los misioneros salesianos.

A pesar de los logros, las necesidades siguen siendo enormes. La distribución de plásticos es un alivio inmediato, pero no una solución definitiva. Los misioneros salesianos siguen comprometidos con las personas desplazadas en su camino hacia la paz, la recuperación y una vida digna.

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