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Ver todas las noticiasMantenimiento de los pozos de agua y cuidados de salud para la población xavante
La Pastoral Misionera en Campinápolis atiende a 180 aldeas en esta región oriental del estado de Mato Grosso, en Brasil, en las que viven alrededor de 9.000 personas. Todos pertenecen a familias de la etnia xavante y cada 2 o 3 meses el equipo del proyecto AMA (Animación Misionera Salesiana) viaja por las aldeas para mantener los servicios a las comunidades indígenas.
El viaje dura unas cuantas semanas y el diácono salesiano José Alves explica que se planifican al detalle todas las actividades. “Acompañamos las clases y las actividades de las escuelas, la salud. Nos encontramos con la gente en sus aldeas y en las carreteras. Si tienen problemas con el funcionamiento de los pozos tomamos nota y cuando llegamos a una cantidad de servicios necesarios que permitan el traslado del proyecto AMA recorremos las aldeas sabiendo ya de antemano cuáles pozos necesitan mantenimiento”, destaca el religioso.
El mantenimiento de los pozos suele consistir en pequeñas reparaciones, como el cambio de bombas y la reparación de grifos, ya que fueron perforados hace más de 30 años, según las necesidades que iban teniendo las comunidades indígenas. Los indígenas construyen sus pueblos generalmente a orillas de pequeños arroyos, que a veces se secan en épocas del año en la que casi no llueve, y cuando llueve el agua se vuelve muy pantanosa aunque la siguen utilizando para beber y cocinar.
Ayuda a la población xavante de Brasil en la perforación de pozos y en su mantenimiento ante la escasez de agua.
“Los casos de diarrea en las comunidades aumentan durante la temporada de lluvias porque el agua del río que usan para beber, cocinar, bañarse, lavar la ropa es muy sucia y fangosa”, explica una enfermera voluntaria del proyecto salesiano.
Para solucionar estos problemas de salubridad de la población indígena xavante la expedición salesiana ofrece una serie de pautas sobre cómo proceder a la hora de utilizar el agua recogida del río que han logrado frenar los casos de diarrea: se distribuye información y algunas cucharas para que aprendan a preparar suero casero y, posteriormente, se distribuyen filtros de arcilla.
“Es muy triste que lleguemos a una aldea y veamos niños desnutridos y no podamos hacer casi nada. Nos vamos con el corazón angustiado. Luchamos para que el niño no sufra desnutrición y ayudamos a salvar la vida también de las mujeres embarazadas y de las personas mayores”, asegura la voluntaria Deusmira Moreira.