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Ver todas las noticiasMás de 270 millones de niños y niñas en el mundo no pueden volver al cole
Mientras millones de estudiantes españoles retoman sus clases en estos días y las colegios se llena de vida, en países empobrecidos millones de menores ven vulnerado su derecho fundamental a la educación. Desde MISIONES SALESIANAS reafirmamos nuestro compromiso con una educación de calidad como motor de cambio y de desarrollo. La educación construye futuros.
Hoy, 8 de septiembre, se celebra el Día Internacional de la Alfabetización, una fecha que coincide con la vuelta a las aulas para millones de escolares en España. Sin embargo, en el resto del mundo, 270 millones de niños, niñas y jóvenes no pueden comenzar el curso porque no tienen acceso a la educación.
La educación es un derecho fundamental y que sin ella no hay futuro posible. Tener acceso a la educación es clave para romper el ciclo de la pobreza. La tasa de pobreza mundial podría reducirse a la mitad si todos los jóvenes completaran la educación secundaria, según datos de organismos internacionales. Ir al colegio no significa únicamente adquirir conocimientos; es también una oportunidad para desarrollarse como persona, ser ciudadano activo, conocer y defender los derechos, y convertirse en agente de cambio y transformación en la propia comunidad.
“Creemos que el lugar de los niños y niñas es el aula y el patio, no la calle, donde se enfrentan a peligros como la violencia o los abusos”, afirma Luis Manuel Moral, director de MISIONES SALESIANAS.
La educación es lo que permite romper con el círculo de la pobreza
Los efectos positivos de la educación son múltiples: los niños y niñas que van a la escuela tienen más posibilidades de acceder a un empleo digno, retrasan la edad del matrimonio, ejercen una maternidad y paternidad más responsable y transmiten a sus hijos e hijas el valor de la escuela. Además, las comunidades también se benefician, porque una población formada es motor de desarrollo y participación ciudadana.
En la actualidad, más de 2,3 millones de menores y jóvenes estudian en los 4.800 centros salesianos repartidos en 137 países. Allí reciben una formación integral que abarca no solo lo académico, sino también valores humanos y cristianos, fomentando la convivencia, la participación y el compromiso social. Para los misioneros salesianos, la educación es la mejor herramienta para construir un futuro de justicia y dignidad.