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Ver todas las noticiasAlejandra, una madre luchadora y exitosa del programa Centro Familia de los Salesianos en Bogotá (Colombia)
Alejandra Tambo tiene 35 años y tres hijos. Ha tenido que sacar adelante a toda la familia en los últimos años tras sufrir su marido un grave accidente. Hacer frente a las deudas, a los pagos del día a día y educar a sus hijos ha sido un reto diario casi de supervivencia en el que los Salesianos han tenido mucho que ver en los últimos años. Escuchó hablar del programa social Centro Familia, en el Santuario del Divino Niño de Bogotá, y allí recibe formación personal, de liderazgo, de emprendimiento y también ayuda material para la alimentación de sus hijos. Gracias a este programa Alejandra continúa soñando con poder tener su propio negocio y con que sus hijos puedan ir a la universidad, “sin importarme todo el trabajo que tenga que hacer para ello”.
En el sur de la capital de Colombia la población asume casi con resignación que la vida no es fácil: trabajos muchas veces precarios, largas jornadas laborales, salarios pequeños y poco tiempo en familia. A pesar de esas dificultades, niños y mayores aseguran ser felices con lo que tienen y les ha tocado vivir. Alejandra Tambo es un ejemplo de ello. Joven madre de tres hijos, su vida está dedicada a ellos. “Mi marido trabajaba como mensajero y ayudaba a su padre en un taller mecánico. Yo me he dedicado siempre a estar con los niños y hacía maquetas, cursos de escritura, manualidades, fotocopias…”, cuenta Alejandra.
Su vida empezó a cambiar cuando perdió a su padre en 2009. “Tuve una infancia feliz y él era mi referente. Aunque mis padres se separaron cuando nació mi hermano pequeño, se llevaban bien y eran amigos”. El mayor golpe, sin embargo, la vida se lo dio en plena pandemia. “Teníamos pagos pendientes del alquiler. Mi marido sufrió un accidente en el taller de su padre. Una explosión que lo abrasó y que lo mantuvo tres meses en la UCI. Dos paradas cardiorrespiratorias, muchas cirugías… y yo sola con los niños y las deudas…”, recuerda la joven madre.
La joven madre llegó a los Salesianos del Santuario del Divino Niño gracias a la providencia
Alejandra decidió cambiarse de casa “a una más pequeña y mientras tanto hacer una colecta entre familiares y amigos para pagar las deudas que teníamos, mientras que mis hijos empezaron a estudiar con las Salesianas. La providencia me llevó allí y recibí mucho apoyo. Vieron mi situación y me hablaron del Santuario del Divino Niño y del programa Centro Familia de los Salesianos para ayudar a madres jóvenes cabezas de familia”, explica.
El programa Centro Familia son tres años. Más de 600 madres participan en él en diversos niveles. Allí reciben apoyo emocional, psicológico y de emprendimiento. “Aprendes que sí puedes hacer lo que te propongas en un ambiente de fraternidad. Te acercas a Dios y no te sientes sola. La ayuda más importante no es la que llaman mercado una vez al mes -lentejas, arroz, panela, cebollas, patatas, chocolate…-, sino los valores personales y familiares que nos enseñan, el potencial que tenemos y que debemos explotar”, comenta Alejandra.
El sueño de Alejandra es “tener mi negocio propio. Después de haber pagado las deudas, y aunque ni marido aún no puede trabajar, quiero un futuro que me dé estabilidad, trabajar con él, tener nuestra casa, que mis hijos puedan ir a la universidad, y todo ello sin importar el trabajo que tenga que hacer para conseguirlo”.
La joven madre, todo un ejemplo de lucha personal y familiar, se encuentra muy agradecida a los Salesianos: “Mis hijos estudian en un colegio salesiano en el que aprenden valores, donde desayunan y comen, donde los cuidan, y yo sigo recibiendo un enriquecimiento muy grande en el Centro Familia, como persona, con enseñanzas que llenan mi vida y me ayudan a educar a mis hijos, y espiritualmente, sintiéndome querida por Dios”, finaliza Alejandra.