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Ver todas las noticiasEducación y evangelización salesianas en la Amazonía ecuatoriana gracias a la escuela de fútbol Yankuam Jintia
Un mes antes de que la pandemia del Covid-19 detuviera el mundo, la escuela de fútbol Yankuam Jintia comenzó a funcionar en la comunidad achuar de Wichimi en la Amazonía ecuatoriana. El misionero salesiano Agustín Togo vio en el fútbol una oportunidad para educar y evangelizar a esta población tan significativa. “Evangelizar no se hace sólo en el templo, en el confesionario, sino en el patio como hacía Don Bosco”, explica el padre Togo. En la actualidad son ocho escuelas las que funcionan para la población achuar en distintas comunidades de la selva y más de 700 menores los que participan en ellas, educándose en el deporte.
Desde la primera escuela de fútbol en la comunidad de Wichimi, hasta la octava y última hasta el momento, en Wachirpas, todas llevan el nombre en achuar del padre Luis Bolla, misionero salesiano en proceso de beatificación. El propósito también es común a todas: ser una alternativa para la infancia y juventud achuar, que contribuya a la educación y evangelización de una población que lleva el fútbol en su sangre.
Son comunidades aisladas, a las que sólo se llega tras muchas jornadas de caminata por la selva o en avioneta. Por eso, “a través del fútbol, que es tan importante en la vida de la población achuar, los menores aprenden valores como el respeto, la disciplina, la responsabilidad y el trabajo en equipo. Pero, también es un enganche para que los jóvenes se encuentren con Dios”, asegura el padre Agustín Togo quien organiza espacios de oración, de confesión y de celebración cuando tiene la posibilidad de acompañar a los jóvenes en las escuelas.
La tecnología permite a los monitores planificar los entrenamiento en medio de la selva
El funcionamiento de las escuelas es posible gracias a la colaboración de monitores, quienes son personas de la misma comunidad que voluntariamente lideran todo lo referente a los entrenamientos. Gracias al apoyo de las procuras misioneras salesianas, los monitores cuentan con teléfonos móviles o tablets para estar en contacto permanente con el padre Agustín y poder llevar adelante una planificación y evaluación de las actividades.
En el último año se han organizado campeonatos de fútbol en la categoría sub-12 para fortalecer lazos de fraternidad entre las comunidades. En estos encuentros se organizan los partidos de fútbol y, al final de la jornada, se programan momentos de oración para que los participantes y sus familias afiancen su vínculo espiritual con Dios a través de la eucaristía y la confesión.
El padre Agustín cuenta que son varios los planes de futuro para las escuelas. Uno de ellos es lograr la formación técnica en fútbol para los monitores, a través de un convenio con la Carrera de Pedagogía de la Actividad Física y Deporte de la Universidad Politécnica Salesiana (UPS) de Ecuador para que brinden este acompañamiento a los futuros entrenadores.
Un segundo desafío es el establecer vínculos con equipos o escuelas de fútbol de otras provincias para que los chicos pongan a prueba sus habilidades. “Ellos también sueñan con ser grandes futbolistas, con jugar en la selección, y aquí también hay talento, habilidad, técnica… Mi sueño es sacar una selección propia del pueblo achuar y participar en campeonatos en otras ciudades del país”, explica el misionero salesiano.