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Ver todas las noticiasLa base de la educación salesiana, “no con golpes sino con amor”, cumple 177 años
Los Salesianos celebran mañana, Día de la Inmaculada, 177 años del comienzo de su obra educativa y pastoral de la mano de Don Bosco. Ese día de 1841, el fundador de los Salesianos conoció en la sacristía del templo San Francisco de Asís de Turín a su primer alumno, Bartolome Garelli. Ese encuentro supuso el inicio de la Pía Sociedad de San Francisco de Sales, centrada en una profunda devoción a la Virgen y en una pedagogía para sacar de la calle a los niños más necesitados enseñándoles “sin golpes y con amor”.
Don Bosco se preparaba para celebrar la misa de la Inmaculada cuando vio cómo el sacristán golpeaba a un joven porque decía que no sabía ayudar en misa. Don Bosco se conmovió y atendió al chico, huérfano y analfabeto de 16 años, surgiendo una amistad gracias a una simple frase: “¿Sabes silbar?”
El fundador de los Salesianos empezó con Bartolomé Garelli una nueva pedagogía educativa que sigue vigente hoy en día: no con golpes, sino con amor. Después de la misa rezaron juntos un Ave María y terminada la primera lección, Don Bosco le hizo prometer que regresaría el domingo siguiente con otros amigos. El joven cumplió lo prometido y regresó una semana después con una decena de jóvenes, casi todos albañiles como él.
El santo de los jóvenes conquistó a su primer alumno gracias a su cercanía y lo ganó para siempre. Ese momento, el 8 de diciembre de 1841, marca el inicio del Sistema Preventivo de Don Bosco, una pedagogía de la enseñanza en la que se pretende sacar a los jóvenes más necesitados de las calles y enseñarles un oficio.
La devoción al Corazón Inmaculado de María siempre estuvo presente en la vida de Don Bosco, antes incluso de que el Papa Pío IX proclamara el dogma de la Inmaculada en 1854. Tanto era así que quiso honrar a la Virgen que soñó a los 9 años con dos títulos que tenían que ver con su carisma y su misión con los jóvenes más desfavorecidos: Inmaculada y Auxiliadora.
En sus Memorias Biográficas, Don Bosco recuerda que “todas las bendiciones que nos han llovido del cielo son fruto del Ave María rezada con fervor y recta intención junto con el joven Bartolomé Garelli” y precisamente un 8 de diciembre de 1885 el fundador de los Salesianos manifestó que “de todo somos deudores a María porque todas nuestras cosas más grandes tuvieron principio y cumplimiento el Día de la Inmaculada”.