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Ver todas las noticiasAlimentos en tiempos de pandemia para los olvidados que viven en los vertederos de Perú
Perú es el segundo país de América del Sur con mayor número de contagios y fallecidos por el coronavirus después de Brasil. El país andino tiene más de 380.000 casos positivos y ha superado los 18.000 muertos. El coronavirus ha empobrecido aún más a la población. La clase media vive con dificultades por la falta de trabajo y la subida de los precios, y los pobres están expuestos al contagio y carecen de recursos para protegerse. Por ello, ayudarlos en estos momentos es una prioridad.
Después de la capital, Lima, Piura es la ciudad con el mayor número de contagiados y fallecidos a causa del coronavirus. Los hospitales en esta ciudad colapsaron hace varios meses con consecuencias fatales para la población. Además, la situación de las familias, la mayoría numerosas, y a la vez el estado de las viviendas, muy pequeñas y con materiales de mala calidad, hacen impensable cumplir el confinamiento.
La peor cara de la pobreza es vivir en medio de los vertederos. Muchas familias en Perú no tienen otra opción que vivir allí y sobrevivir recogiendo plásticos y cartones entre los residuos de las ciudades. En tiempo de confinamiento obligatorio y del Covid-19 casi nadie se ha preocupado por estas personas: han sido los más olvidados, pero no por los Salesianos de Piura. Los misioneros Ángel Carbajal y Pedro da Silva han estado a su lado entregándoles comida y ayuda de emergencia.
Durante este tiempo de pandemia en el que las escuelas han estado cerradas, los Salesianos hemos seguido pensando en los más pobres y hemos estado a su lado a pesar de los tiempos de miedo y de incertidumbre que vivimos.
El coronavirus no ha detenido la solidaridad de los ambientes salesianos con los más desfavorecidos
“La gente se muere, padrecito, falta el oxígeno, falta la comida…”, es la frase que más escuchan los misioneros salesianos cada vez que llevan ayuda a las personas que viven en los vertederos. Muchos, ante la necesidad de lo más básico, se acercan a la puerta del Colegio Salesiano Don Bosco de Piura para pedir algo de comer. Y la respuesta de los Salesianos siempre es positiva.
Liderados por el padre Carbajal, director, y con el padre Da Silva, pusieron desde el primer momento en marcha la maquinaria solidaria. Convocaron a trabajadores, padres de familia, antiguos alumnos, amigos y proveedores con una consigna clara: “Debemos hacer algo por los pobres”.
La ayuda comenzó en los colegios y centros juveniles, con las familias de los cientos de niños y niñas que soportaban además del calor de la ciudad, el encierro y la cuarentena. Pero había un lugar donde nadie iba, por miedo, por precaución, por rechazo. Y hasta ese lugar, los vertederos, hemos llegado para ayudar a los más pobres y olvidados.
“Hemos hecho lo mismo que hubiera hecho Don Bosco”, explica el misionero salesiano Ángel Carbajal. La solidaridad nos mueve a ir hacia el que nos necesita y a estar más unidos que nunca. La entrega de lo mínimo para poder vivir les hace tener esperanza y no sentirse los últimos y olvidados de la sociedad.