Las madres, protagonistas del desarrollo alimentario y del autoabastecimiento en RD Congo

La pequeña aldea de Mont Ngafula se encuentra aislada debido a la falta de vías de comunicación que la conecten con la ciudad. Además, hay la falta de agua y no llega la electricidad. Casi todas las familias tienen problemas para subsistir por no tener trabajo y viven en la marginalidad.

Dentro de la misión salesiana hay pequeñas parcelas de tierra para la producción de hortalizas, frutas, cereales y criar pequeños animales, que contribuye al sustento de las familias. Gracia a esta experiencia, las mujeres de la aldea se han fijado el objetivo de lograr la autosuficiencia alimentaria mediante el cultivo de vegetales que, una vez que el terreno esté a pleno rendimiento, podrán venderse en el mercado.

El proyecto incluye varias etapas. La primera contempla un periodo de formación en técnicas agrícolas a la población para poder sacar el máximo rendimiento a las cosechas. Otra etapa, dentro de un año, será que el 80% de las participantes se beneficiarán de un suministro de semillas y de herramientas para renovar el cultivo en sus propios terrenos.

Después de la cosecha, las mujeres reembolsarán a los Salesianos el 20% de las verduras como compromiso de pago por la ayuda, y ello, a su vez, servirá para alimentar con mayor regularidad a los huérfanos que viven en otra estructura de la aldea.

De manera paralela a todos los avances que se produzcan se abordará el grave problema de la disponibilidad de agua para el riego, tratando de mejorar la capacidad que tienen el pozo en la actualidad. Con el tiempo, la comunidad de Mont Ngafula conseguirá ampliar la tierra cultivada y producirá verduras que se podrán vender en la ciudad.

De esta forma, las 107 familias que forman la comunidad, con un ingreso estable, podrán incluso pagar los estudios de sus hijos. Por tanto, ayudar a las familias vulnerables apoyando a las madres, que son generadoras de vida y son portadoras de esperanza, es una garantía de éxito.