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Ver todas las noticiasMadres solteras emprendedoras en Rango (Ruanda) gracias a los talleres de formación como modistas
Las madres solteras de Rango, en la ciudad ruandesa de Butare, cuentan desde hace ocho años con el apoyo de los misioneros salesianos. Gracias a los cursos de corte y confección que realizan tienen la oportunidad de desarrollarse, integrarse en la sociedad y tener recursos para vivir de manera autónoma y con ingresos para sus familias. El acceso a la educación y poder aprender un oficio les proporciona confianza y salir del aislamiento social que suelen sufrir. Sin embargo, en la actualidad, y debido a la situación de pandemia que hay en el mundo, también necesitan ayuda para poder emprender sus negocios cuando terminan su formación.
“Cuando haya completado mi formación podré comprar ropa y productos de higiene, y esto me ayudará a luchar para progresar”. Ésta es una de las frases más comunes que pronuncian las madres solteras que participan en el proyecto educativo de los Salesianos en Rango. La obra salesiana, situada en el distrito de Huye, en el sur del país, ofrece la oportunidad de recibir educación y formación profesional a madres jóvenes que no tienen medios económicos para sobrevivir.
El proyecto formativo comenzó en 2013 con el objetivo de ayudar a estas jóvenes a salir de su aislamiento e intentar, a través de la formación humana y profesional, su reintegración en la sociedad. De esta manera, los Salesianos de Rango, como en otros países, les ofrecen cursos de corte y confección con los que aprenden un oficio y mejoran su autoestima.
Aprender un oficio les proporciona a las madres solteras autoestima y herramientas para vivir
“Vine a estudiar con los Salesianos después de descubrir que no tenía otra manera ni ningún otro lugar para hacerlo. Di a luz siendo muy joven, pero los misioneros salesianos nos hablaron de esta oportunidad y no lo dudé. Necesitaba aprender un oficio para tener un futuro mejor y ellos me pagaron los estudios”, asegura Chantal.
Los resultados de este proyecto formativo son visibles cada día en la alegría de vivir y en la recuperación de la autoestima que muestran estas jóvenes al comprobar su progreso y lo que son capaces de hacer son sus manos.
Sin embargo, aprender un oficio no es suficiente para ellas, y se encuentran con muchos obstáculos en el camino. Cuando completan su formación profesional necesitan recursos para iniciar su pequeña empresa, y la actual situación de pandemia no facilita ni la posibilidad de comprar máquinas de coser.
“Estamos muy agradecidas por la ayuda recibida, pero queremos tener las herramientas que nos permitan comenzar con nuestros talleres al acabar el curso”, añade otra alumna. Incluso la profesora considera que estas jóvenes necesitan una ayuda adicional para mejorar sus vidas: “Es importante que puedan poner en práctica las habilidades aprendidas para contribuir a mejorar sus condiciones de vida y las de su familia”, asegura la maestra.
