Los misioneros salesianos en Nigeria se entregan por y para los jóvenes en la humilde misión de Ijebu-Ode

Las obras de construcción y expansión, el compromiso con los niños y jóvenes que asisten a la misión, la formación de los jóvenes, oración, estudio, concursos, juegos de equipo, diferentes adquisiciones de habilidades… fueron los ingredientes de las actividades que los jóvenes han tenido en verano. “Estas actividades han involucrado a uno 272 niños y jóvenes, con 25 jóvenes animadores y educadores y gracias a los talleres han aprendido la forma de hacer pulseras y bolsos, a cocinar, a hacer reparaciones eléctricas, corte y confección… Cada día representa una oportunidad para el crecimiento alegre de nuestros amigos”, asegura el misionero salesiano en Nigeria.

“Hemos donado tiempo, oración, consejo, ánimo, afecto con cada joven… y nosotros también hemos recibido muestras de agradecimiento en el momento de la despedida”, relata el padre Ítalo sobre los jóvenes de la misión a los que también han acompañado: 46 estudiantes católicos de la Universidad Tai Solarin que celebraron el final de sus estudios y su graduación.

Los Salesianos en esta misión de Nigeria desarrollan el encargo de ser capellanes universitarios y, actualmente, asisten a otros 150 alumnos que continúan sus estudios. Al mismo tiempo, la parroquia continúa creciendo y los misioneros están comenzando toda la organización y los proyectos para garantizar el mejor funcionamiento en este curso: la pastoral, el programa para la evangelización, la ayuda a las familias pobres, la asistencia escolar…

Otras novedades en Ijebu-Ode son las infraestructuras de la misión: aunque podría parecer una obra pequeña la finalización de la cubierta de la iglesia “es una obra providencial, sobre todo porque se ha podido hacer antes de la temporada de lluvias y porque proporciona refugio y hogar a las personas y a las actividades”, comenta el salesiano.