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Ver todas las noticiasRefugiados en Palabek: con el niño a la espalda en busca de una segunda oportunidad
Janet y Sarah son dos de las decenas de jóvenes que cada día acuden al nuevo Centro Técnico Don Bosco para aprender un oficio en el asentamiento de refugiados de Palabek, cerca de la frontera entre Uganda y Sudán del Sur, y lo hacen con sus hijos pequeños a la espalda.
Casi 40.000 refugiados sobreviven en el último de los campos de refugiados abierto en Uganda, el de Palabek, y el único que no está desbordado. Siguen llegando personas a diario, más por el hambre que por la guerra, pero gracias a los misioneros tienen una oportunidad de futuro para quedarse en Uganda tras aprender un oficio.
Desde enero pasado, los refugiados comparten una nueva esperanza además de la paz en su país, Sudán del Sur: aprender un oficio para ganarse la vida gracias al nuevo centro de formación profesional abierto fuera del campo, pero muy cerca de la entrada “para que pueda beneficiar no sólo a los refugiados, sino también a las aldeas cercanas y para que continúe funcionando cuando la paz sea una realidad y los asentamientos dejen de ser necesarios”, asegura el misionero Ubaldino Andrade.
Los misioneros salesianos son los únicos que duermen en el asentamiento de la treintena de ONG e instituciones internacionales que trabajan en él. El día de la inauguración del centro de formación profesional, cientos de estudiantes participaron en la fiesta, pero el primer día de las clases, las jóvenes asistieron a las aulas con sus bebés a la espalda porque no tienen con quién dejarlo. Por ello, además de dar la oportunidad cada curso a casi 1.o00 alumnos y alumnas de formarse en cursos de construcción, taller de motocicletas, agricultura, peluquería y costura, la idea es construir una guardería que anime a más mujeres a seguir estudiando y cambiando su futuro.