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Ver todas las noticiasDon Bosco Muhazi transforma la vida de la juventud de Ruanda con un nuevo edificio y cursos cortos muy prácticos
La educación y el acompañamiento son claves en el desarrollo de la población más desfavorecida. La Escuela de Formación Técnica y Profesional Don Bosco Muhazi, en Ruanda, lo sabe bien y está desempeñando un papel decisivo en el futuro de los menores, jóvenes y madres de la zona. La inauguración de un nuevo edificio con todos los adelantos técnicos y sus cursos de capacitación consiguen beneficiar a cientos de personas cada año y contribuir a desarrollar ideas e iniciativas que mejoran las condiciones socioeconómicas individuales y también las de sus familias y comunidades.
La actividad de los misioneros salesianos en la obra Don Bosco Muhazi no se detiene y las instalaciones siempre llenas de menores y jóvenes transmiten la imagen de una obra viva y dinámica. Hace tres meses los Salesianos inauguraron un nuevo y moderno edificio que potenciará y mejorará las posibilidades educativas del centro. El edificio está equipado con todo el material necesario para los cursos de alfabetización, de Comunicación y Tecnología de la Información, así como con espacio para oficinas.
Desde su fundación, 841 estudiantes han recibido diplomas certificados del Centro de Formación Profesional salesiano, que ofrece cursos de artes culinarias, albañilería, sastrería y programas de alfabetización y aritmética.
Pero muchos cursos más siguen ofreciendo oportunidades y mejorando las condiciones de vida de las personas más desfavorecidas. Uno de esos cursos, a través del proyecto Cuestiones de género para la agricultura, comenzó en Don Bosco Muhazi el mes pasado. El curso está dirigido a madres jóvenes solteras que todavía residen con sus padres. El objetivo principal es empoderar a las mujeres y brindar apoyo a quienes presentan mayores situaciones de vulnerabilidad.
Los cursos cortos de 6 meses proporcionan conocimientos prácticos y herramientas para trabajar
En la fase inicial del programa, con una duración de seis meses, se inscribieron 25 jóvenes. La mayoría son madres que residen en los humildes distritos de Gasabo y Gicumbi. Las alumnas estaban muy emocionadas al recibir las herramientas para el curso. Estos materiales incluían monos agrícolas, zapatos, azadones, rastrillos, palas, pulverizadores, palanganas, jabones y semillas para el cultivo. Algunas de las prácticas incluyen la preparación de campos para la siembra de plátanos, tomates, pimientos y cebollas durante la fase inicial. Además, se dedicarán a la cría de animales, lo que les proporcionará grandes posibilidades de trabajo después.
Florencia es una de las beneficiarias del curso, y explica que “estaba pasando por un momento difícil cuando me quedé embarazada. Mi vida estaba en peligro debido a la pobreza y me sentía avergonzada de mí mismo en la sociedad. Desde ese momento, tuve la certeza de que mi bebé y yo nos enfrentaríamos a un futuro desafiante. Milagrosamente me matriculé en este curso sin muchas esperanzas de beneficiarme, ya que comenzamos con lecciones teóricas. Sin embargo, cuando vi todos los materiales proporcionados, mi esperanza aumentó enormemente”.
Clementine también agradeció al proyecto la ayuda que les está brindando. “En primer lugar damos gracias a Dios, porque esto es como un milagro, ya que no es fácil para nosotras, las madres jóvenes, vivir en nuestros pueblos. Apreciamos lo que están haciendo por nosotras los Salesianos porque, por ejemplo, estamos acostumbradas a practicar la agricultura en casa, pero de manera incorrecta. Sin embargo, ahora vamos a usar nuestros campos de manera diferente. Prometemos esforzarnos para convertirnos en personas exitosas”.