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Ver todas las noticiasMás de un siglo de ayuda y acompañamiento salesiano a la comunidad indígena Bororo en Brasil
Los primeros salesianos que llegaron al Mato Grosso lo hicieron en 1894. El beato Miguel Rúa envió esa expedición que encabezaba monseñor Luis Lasagna. Ha pasado más de un siglo y los misioneros salesianos continúan siendo el principal soporte para la vida diaria de las comunidades indígenas bororo y también xavante. En medio de las grandes necesidades diarias que sufren, los Salesianos los acompañan y ayudan con la educación y la defensa de su cultura y su territorio en comunión con el medio ambiente.
La primera petición de salesianos desde el Mato Grosso brasileño le llegó a Don Bosco, pero la organización de la incipiente congregación hizo que al final fuera Miguel Rúa quien enviara esa primera expedición misionera a Brasil. Llegó a la ciudad de Cuiabá el 18 de junio de 1894 dirigida por monseñor Luis Lasagna, quien fue conocido como el obispo de los indios de Brasil.
Unos años más tarde, en 1902, se produjo el primer encuentro de los misioneros salesianos con los indígenas Bororo, en el lugar llamado Tachos, y precedido por una aparición de la Virgen. Se le apareció en un sueño al líder de los indígenas, poco antes de que ellos se acercaran a los misioneros salesianos con la intención de matarlos. Sin embargo, cuando el cacique vio la imagen de María Auxiliadora en la choza salesiana, y que era la misma que se le había aparecido en un sueño, no dio la señal pactada para asesinar a los Hijos de Don Bosco.
Un siglo de colaboración de los misioneros salesianos con los pueblos bororo
Ese providencial primer encuentro dio lugar a una relación de familiaridad que cumple 120 años. Numerosos misioneros salesianos de distintas nacionalidades han entregado su vida al servicio de las comunidades indígenas ayudando a su desarrollo y a la vez preservando su identidad cultural y tradiciones.
En la actualidad, en el municipio de Rondonópolis, el centro juvenil en el que los misioneros salesianos atendemos a los menores de la comunidad Bororo, el Sistema Preventivo continúa siendo el elemento fundamental para su formación humana y espiritual.
La obra salesiana se encuentra en una región muy necesitada y con todo tipo de problemas, en la que los jóvenes y sus familias viven en graves situaciones de vulnerabilidad social y económica. Por este motivo, las actividades formativas, religiosas, de ocio y deportivas de los Salesianos con los menores y jóvenes contribuyen a mejorar el desarrollo integral de las futuras generaciones de indígenas bororo.
Los misioneros salesianos trabajamos para transformar esta difícil realidad a través de las actividades educativas y pastorales del centro juvenil. Pero eso no es todo: en un contexto de gran precariedad económica y aún en tiempos de pandemia, nos hemos propuesto garantizar a los 250 menores inscritos en las actividades de la mañana y la tarde una comida diaria equilibrada y nutritiva, que ofreceremos en el propio centro juvenil para contribuir a su bienestar y desarrollo.