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Ver todas las noticiasEl programa salesiano ‘Tejiendo lazos’ cambia la vida de los jóvenes en Argentina
El Centro Juvenil Don Bosco en Santiago del Estero es un verdadero hogar para decenas de chicos y chicas que construyen su futuro. Todos ellos sueñan con trabajar, formar una familia,… pero muchos de ellos, cuando quieren alzar vuelo, se encuentran con un obstáculo que se lo impide: una realidad difícil llena de problemas familiares, necesidad de abandonar el colegio, de trabajar desde muy pequeños, falta de ropa y de comida…
Gracias a los Salesianos estos adolescentes y jóvenes han encontrado mucho más que un patio, una escuela o un taller: lo que tienen en el Centro Juvenil es su casa. A través del programa ‘Tejiendo Lazos’, chicos y chicas de 13 a 25 años tienen la posibilidad de cuidar su presente y soñar, día a día, con su futuro.
Víctor es uno de ellos. Conoció la obra salesiana de la mano de sus amigos y ya no se alejó. “Mi vida cambió”, afirma categóricamente, “y me hacen sentir en casa”. Tiene 23 años y vive con sus padres, su abuela y 5 hermanos. En su casa no faltó afecto pero la vida diaria no fue fácil. Vivió rodeado de pobreza y en una mala situación económica que lo obligaba incluso a dormir en el suelo.
El joven quería ayudar, pero al ser pequeño no tenía muchas opciones. “Era rebelde, me portaba mal, volvía tarde. A veces salía, no volvía y no avisaba. Además, entre los hermanos la comunicación se fue cortando: no nos podíamos ni sentar a comer juntos porque nos mirábamos mal y los estudios tampoco eran una prioridad en mi vida”.
En 2013 un grupo de amigos le hablaron del proyecto ‘Tejiendo Lazos’, una propuesta educativa del Centro Juvenil Don Bosco y Víctor se animó a acompañarlos. Desde entonces no se ha separado de allí: merienda, talleres de guitarra y panadería, deportes y momentos de encuentro.
En la actualidad estudia panadería y desea ser chef para cumplir un sueño: abrir su propio establecimiento. Víctor sabe que lo puede cumplir, porque “gracias a los Salesianos, hoy pienso en un futuro para mí y para mi familia”.
Como Víctor, son más de 80 los chicos y chicas los que participan de estas actividades. En el proyecto ‘Tejiendo Lazos’ reciben acompañamiento, formación y palabras al oído animándoles a ser mejores. Entre ellos están quienes llegan de pueblos alejados y que allí pueden estudiar y tener un hogar. Todos estos jóvenes cargan con adversidades, con sueños y frustraciones, con posibilidades y riesgos.
“Don Bosco me ha cambiado muchísimo como persona. Me miran con otros ojos, me sorprende el trato que me dan. Aquí me hacen sentir en casa. No me olvido de mi pasado, pero me encanta lo que me está pasando. Mi vida cambió”, confiesa Víctor.