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Ver todas las noticiasSalud y educación para todos los niños, niñas y jóvenes del mundo es nuestro deseo para el nuevo año
Este 2020 nos ha demostrado que somos muy vulnerables y que la salud es lo más importante. Un virus ha cambiado nuestras rutinas y nuestras prioridades. Hemos sentido dolor, ansiedad, tristeza y echamos de menos estar como hace un año, sin mascarilla y soñando con los proyectos para el nuevo año. La incertidumbre que a nosotros nos sigue limitando se ha traducido en muchos países del mundo en más hambre, más pobreza, menos escolarización y más riesgos para la salud ante la falta de agua y de una vivienda digna. Pero a pesar de todo, nuestro compromiso para el nuevo año no varía: queremos seguir estando al lado de los niños, niñas y jóvenes más desfavorecidos para ofrecerles un futuro lleno de oportunidades gracias a la educación.
Nunca hubiéramos imaginado un año así: en medio de una emergencia sanitaria, confinados durante algunos meses, con restricciones el resto y con mucha incertidumbre por lo que nos deparará el futuro. Tampoco los beneficiarios de nuestros proyectos en más de 130 países pensaron nunca que su situación diaria podría empeorar por sus escasos recursos ante la llegada de la pandemia.
Sin embargo, hemos seguido a su lado y la solidaridad salesiana a nivel mundial se ha volcado con la emergencia del coronavirus desde el primer momento. Hemos destinado más de siete millones de euros a paliar sus consecuencias y a prevenir los contagios en la población más vulnerable.
Seguiremos ayudando en medio de la pandemia para paliar sus efectos y prevenir los contagios
A lo largo de este año que hoy termina hemos continuado rescatando y dando un refugio a los niños en situación de calle. Hemos salvado de la prostitución a cientos de niñas; hemos acompañado a los refugiados en diversos países; nos hemos preocupado por los menores en conflicto con la ley y en cárceles de adultos; hemos continuado atendiendo a los menores huérfanos víctimas de los conflictos armados y hemos continuado ofreciéndoles espacios seguros de ocio para su educación… y lo seguiremos haciendo a lo largo de 2021.
Nuestros deseos para el nuevo año son a la vez propósitos y compromisos con los más vulnerables. A pesar del coronavirus, de las guerras, del hambre, de las sequías y de las desigualdades, nuestro objetivo principal será la salud, pero también continuará siendo que los niños, niñas y jóvenes del mundo estén acompañados y tengan acceso a la educación para ser los protagonistas de sus vidas y disfrutar de un futuro lleno de oportunidades.
Para nosotros, la generosidad de miles de personas es la providencia diaria que hace posible el milagro de poder atender, cuidar y educar a quienes más lo necesitan. Muchas gracias por mantener el reto de seguir ayudando a quienes menos tienen. Unidos lo conseguiremos. ¡Feliz año 2021! y que Don Bosco y María Auxiliadora sigan protegiendo y guiando nuestras vidas.
