Noticias
Ver todas las noticiasSiria, el país olvidado que no pierde la esperanza
“Vivo en una ciudad destruida, arruinada, devastada. Somos una ciudad olvidada”, explica Rand Mitt, una joven de 26 años que colabora en el centro Don Bosco de Alepo, una ciudad con el 30% de sus barrios arrasados. “Durante la guerra, caían las bombas y la situación era muy difícil, con mucha escasez… Pero ahora que todo está más tranquilo, pensamos que la reconstrucción empezaría pronto y que recuperaríamos nuestras vidas”, explica el misionero Pier Jabloyan, director del centro salesiano en Alepo. “La realidad es que aún hay una gran escasez de artículos de primera necesidad y que la reconstrucción tardará en comenzar”, añade.
Las nuevas sanciones impuestas por Estados Unidos han hecho que la vida de las personas en Siria siga siendo muy difícil. “En un país como este, productor de gas, ya no tenemos ni eso para poder cocinar… La única preocupación de la población es conseguir algo de gas para poder cocinar y calentar sus hogares”, explica el misionero.
Los misioneros salesianos han resistido en los años duros de guerra y hoy tampoco se rinden. Siguen apoyando a los jóvenes y sus familias con lo que pueden. “Hoy con muy poco porque tenemos muy pocos recursos… Hay muchas personas que están sufriendo sin alimentos ni agua”, dice Jabloyan.
“Vivo en un país destruido, arruinado, devastado. Siria es una gran ciudad olvidada”
Sin embargo, resisten y se quedan porque hay más de 750 niños, niñas y jóvenes que acuden cada día al centro juvenil, un lugar que ha sido y sigue siendo hoy un espacio donde los menores se sienten seguros, donde pueden jugar, practicar deporte, hacer teatro o bailar. En momentos de violencia, poder mantener espacios donde olvidar el conflicto es muy importante para los niños, niñas y jóvenes. “Al ver la vida del centro, nos damos cuenta que son ellos los que nos dan esperanza”, argumenta el misionero.
El futuro de Siria aún permanece incierto, pero “esperamos que las políticas internacionales, como la del Papa Francisco, impulsen una solución pacífica y duradera para el Medio Oriente”, concluye Jabloyan.