La situación en la capital de Sudán empeora cada día. “Los combates continúan y la comida empieza a escasear”

“El pasado sábado, en las primeras horas de clase, escuchamos disparos. Eran las 9:30 horas y los estudiantes entraron en pánico”, explican los Salesianos de la escuela técnica de Jartum. “Algunos profesores fueron a buscar los autobuses para poder enviar a casa a los casi 500 estudiantes que había en el centro. Alrededor de 75 jóvenes se tuvieron que quedar con nosotros porque sus casas estaban en medio de los enfrentamientos”.

Los combates comenzaron por la mañana en un suburbio del sur de la capital y se extendieron a los puntos neurálgicos: el palacio presidencial, el cuartel general del Ejército, bases militares de ambos bandos, la sede del Ministerio de Defensa, el aeropuerto internacional y la oficina central de la televisión estatal.

El domingo, a primera hora de la mañana, todos los estudiantes pudieron regresar a sus casas. Sin embargo, poco después la situación volvió a agravarse. “Alrededor de las 11:30 horas los aviones de combate comenzaron a lanzar proyectiles y dos bombas cayeron sobre nuestra escuela técnica y dañaron varias aulas. Además, todos los cristales de las ventanas se rompieron”.

“Hay cortes de luz, de agua y la comida y el combustible empiezan a escasear”

Desde el inicio de los enfrentamientos la mayoría de la población se mantiene encerrada en sus casas, “pero muchas personas también están huyendo, por seguridad”, alertan los Salesianos. “Hay cortes de luz y de agua, y la comida y el combustible empiezan a escasear. Los comercios también permanecen cerrados. La situación cada vez es peor porque no se han respetado los sucesivos altos el fuego decretados.

“La situación empeora cada día, especialmente en Jartum. Tenemos dos comunidades en la capital y ambas están ahora cerradas. Nuestros hermanos salesianos viven con mucho miedo”, destaca el padre Eric Mairura, administrador provincial de los Salesianos en África oriental.

En la actualidad tres salesianos permanecen en la escuela dañada por los bombardeos. “Casi no hay comida. Hoy tuve la oportunidad de salir a la calle, pero no abrieron las tiendas, así que sólo pude conseguir algunos fideos y azúcar”, cuenta desde Jartum uno de los misioneros salesianos.

“Como Salesianos queremos ayudar a la gente, pero ahora mismo casi no tenemos para nosotros y los comercios están cerrados. Estamos evaluando lo que podemos necesitar, que serán alimentos y bienes de primera necesidad para el pueblo de Sudán”, comenta el padre Mairura, que transmite el agradecimiento de los Salesianos de Sudán por la preocupación, el apoyo y la solidaridad salesiana: “¡Gracias por sus valiosas oraciones!”.