Las obras salesianas en Filipinas resisten el paso de los tifones y se dedican a ayudar a los damnificados

El tifón Molavo y el supertifón Goni arrasaron gran parte de Filipinas en el mes de octubre. Pero no fueron los únicos fenómenos naturales. Hace un mes, a mediados de noviembre, pasó Vamco por las provincias de Cagayán e Isabela. Al menos 73 víctimas mortales y más de tres millones de personas damnificadas fue el balance de los efectos del tifón. Por fortuna, el Centro Técnico Agromecánico Don Bosco de Legazpi, en la región de Bicol, no sufrió daños estructurales. A cambio, perdió todas sus cosechas, pero el balance fue mejor que el de hace un año, cuando el tifón Kammuri causó graves daños en la escuela.

El centro Don Bosco lleva todo el año ayudando a las familias más afectadas por el confinamiento y la pandemia. Desde el mes de mayo distribuyó alimentos y ofreció ayuda de emergencia a 743 núcleos familiares de 14 aldeas. Y en este último mes, después del paso de los tres tifones, Don Bosco Legazpi ha ayudado a 730 familias de 20 comunidades, entregándoles alimentos y en algunos casos, materiales para reconstruir sus humildes viviendas.

“Los desastres por los tifones son comunes todos los años y las comunidades afectadas ya nos conocen”

Los misioneros salesianos, acompañados por alumnos y jóvenes voluntarios, también se desplazaron a la isla de San Miguel, donde muchas familias sobreviven gracias a la pesca. Sin embargo, debido a los tifones perdieron sus embarcaciones, así que la ayuda salesiana permitió distribuir pequeñas embarcaciones a algunas de esas familias necesitadas.

Hace unos meses el centro salesiano había completado un programa de formación en producción agrícola para los agta, un grupo de indígenas de la región de Bicol. Los misioneros salesianos también han llegado hasta ellos para repartirles comida ante la emergencia de los tifones y del coronavirus.

También el Instituto Técnico Don Bosco en Makati realizó una recaudación de fondos para ayudar a las víctimas de los tifones. El misionero salesiano Juvelan Samia, organizó la actividad junto con la Archidiócesis de Tuguegarao, para llevar agua potable, comida, productos de higiene personal y ropa a los damnificados.

En pocos días, camiones cargados con ayuda de emergencia empezaron a distribuirse por comunidades afectadas de la zona. Gracias a la solidaridad de la población y con la ayuda de los misioneros salesianos, los alumnos, los jóvenes voluntarios y el Ejército, decenas de camiones y hasta un vuelo chárter han permitido en estas semanas que la ayuda llegue a miles de personas que lo han perdido todo.