Noticias
Ver todas las noticiasUn hogar para quienes más lo necesitan en la humilde parroquia salesiana de San Benito Petén (Guatemala)
En el inmenso territorio que abarca la misión salesiana de San Benito Petén, muchas personas viven en condiciones casi inhumanas. Hay quienes lo hacen en casas construidas de chapa cuando la temperatura media durante todo el año supera los 30 grados, lo que hace que las viviendas se conviertan en hornos. Algunos ni siquiera pueden pagar este tipo de viviendas y las construyen con esteras cubiertas con láminas de nailon negro. Gracias a los Salesianos, esta situación va a cambiar.
“Pensar que los niños viven en estas condiciones me horroriza”, exclama el padre Giampiero De Nardi, un joven misionero salesiano italiano, muy activo en medio de la gran comunidad de San Benito Petén. Gracias a la ONG Fundepaz (Fundación Desarrollo y Paz), una entidad dirigida por un sacerdote colombiano que vive en los Estados Unidos, el padre Luis Fernando Echeverría, los Salesianos han comenzado la construcción de dos nuevas viviendas para familias pobres y muy necesitadas de la parroquia.
El encuentro entre el sacerdote colombiano y la misión salesiana de Petén fue casual. El padre Echeverría no conocía la misión pero estaba interesado en la situación de San Benito de Petén después de haber leído sobre los diversos desastres que han afectado al país en los últimos años, los muchos problemas que lo aquejan y las calamidades que sufre esta región en la que se encuentran los misioneros salesianos.
Estas dos primeras viviendas estarán finalizas antes de que concluya el año, y el objetivo para 2019 es construir otras 20 casas para las familias más humildes.
Mientras visitaba Guatemala para localizar un proyecto con el que ayudar a la población descubrió que la región de Petén es una de las peores realidades que existen en el país. Contactó con un periodista local que asiste a la parroquia salesiana y así llegó a las puertas del padre De Nardi.
“El padre Luis Fernando, acompañado de una feligresa de la parroquia vino a conocernos y a pedirnos si podíamos seguir el desarrollo de un proyecto de construcción de viviendas -asegura el salesiano-. Aceptamos la propuesta y le estamos dando continuidad”.
Y así fue como de la casualidad, que los Salesianos llaman Providencia recordando a Don Bosco, surgió la oportunidad de seguir ayudando a los más necesitados. “Como siempre, Dios abre caminos que ni siquiera conocemos”, finaliza De Nardi.