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Ver todas las noticiasVoluntariado lleno de generosidad con los niños y jóvenes de Tambacounda (Senegal)
‘Beteyà Travel’ es el nombre de un proyecto de multiculturalidad y voluntariado que lleva a cabo la Asociación Salesiana Don Bosco 2000. Gracias a esta iniciativa, durante dos semanas algunos voluntarios italianos se ponen a disposición de los necesitados de Tambacounda, en Senegal, acompañándolos y ayudándolos en sus necesidades más básicas, especialmente a los menores.
Tambacounda es una ciudad de 80.000 habitantes en la que existen pocas oportunidades y perspectivas, especialmente para los jóvenes, que representan la gran mayoría de la población senegalesa y que a menudo sirven como la principal fuente de apoyo para las familias. Muchos jóvenes abandonan la zona en busca de oportunidades, pero pueden ser víctimas de la explotación y el tráfico.
La Asociación Don Bosco 2000 ha tenido en los últimos años una sucursal en esta ciudad en el corazón de Senegal para iniciar proyectos de desarrollo para la población local. En la actualidad viajan al país africano no sólo los trabajadores de la asociación, sino también grupos de voluntarios, que ayudan a los menores y jóvenes en su día a día en actividades educativas y de ocio que contribuyen a prevenir la migración.
El último grupo, compuesto por 13 voluntarios de la red salesiana, estuvo durante dos semanas en estrecho contacto con las familias de las aldeas para realizar actividades de animación con menores, dejando una profunda huella en ellos.
El padre Enrico Frusteri, misionero salesiano que trabaja en la zona, destaca que “antes de emprender este viaje misionero muchos me preguntaban cómo tendrían que comportarme con personas diferentes en cultura y religión. El intento de dar respuestas fue insuficiente, porque siempre te encuentras con los rostros alegres de muchos niños a pesar de la miseria, conversas con los jefes de las aldeas que sonríen y te dan la mano con una autenticidad que casi olvidas tus prejuicios”.
Los voluntarios siguieron a los trabajadores de Don Bosco 2000 a las aldeas internándose en lugares de extrema pobreza donde las familias luchan por sobrevivir. “La experiencia en Senegal ha marcado mi manera de ver la realidad porque entiendes que todo lo que tienes todos los días es mucho y que tal vez se necesita muy poco para ser feliz”, recuerda Saverio, uno de los voluntarios.