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Ver todas las noticiasEsperanza en las fronteras: la labor de los voluntarios en el Desayunador Padre Chava de Tijuana (México)
El programa de Voluntariado Misionero Salesiano (VMS) supone el compromiso personal y solidario capaz de transformar a las personas y convertirlas en agentes de cambio social que favorezcan la construcción de una sociedad más justa, inclusiva y solidaria. Por tanto, no sólo marca la diferencia en las vidas de aquellos a quienes sirve, sino que también ayuda a formar una nueva generación de líderes, dotándolos de una perspectiva y una actitud altruista para propiciar un cambio positivo en el mundo. Desde Estados Unidos, 12 voluntarios retomaron las expediciones misioneras tras la pandemia, y lo hicieron en el Desayunador Salesiano Padre Chava de Tijuana, en México, para atender a migrantes en situación de vulnerabilidad.
El programa de Voluntariado Misionero Salesiano (VMS) de la Inspectoría Oeste de Estados Unidos ha realizado su primera expedición misionera desde la pandemia. El programa reunió a 12 estudiantes de la escuela secundaria salesiana St. Francis de Watsonville (California), de entre 14 y 17 años, dirigidos por dos de sus profesores, el director, Juan Carlos Montenegro, y el coordinador del programa de voluntariado, Luis Chacón.
Los voluntarios han llevado esperanza y ayuda a los necesitados en el Proyecto Salesiano Desayunador Padre Chava en Tijuana, México. Los jóvenes dedicaron su tiempo a ayudar a las personas sin hogar y a los migrantes, dando de comer a más de 800 personas que habían sido deportadas de Estados Unidos o que intentaban cruzar la frontera. También visitaron un orfanato para niños con sida abandonados por sus padres, pasando tiempo con ellos y realizando actividades y juegos.
Esta experiencia de voluntariado con los menores conmovió tanto a los niños como a los propios voluntarios, muchos de los cuales pudieron reconocer, por primera vez, el rostro de Cristo en sus “hermanos y hermanas más pequeños”.
Además de su servicio con los niños sin hogar y abandonados, los jóvenes voluntarios también ayudaron a mantener y limpiar dos centros juveniles, ambos situados en las afueras de la ciudad de Tijuana. El primero de los dos centros, el oratorio Domingo Savio, está situado en una zona disputada entre dos bandas que mantienen tensiones violentas, pero que respetan el centro juvenil. Los jóvenes volvieron a pintar las paredes del centro y compartieron mensajes de esperanza.
La alegría del voluntariado misionero salesiano inunda los ambientes más necesitados
El segundo centro, el oratorio Don Bosco, es la sede de la comunidad salesiana, y acoge a un grupo de 80 madres y a sus hijos, que provienen de diferentes lugares de Hispanoamérica, así como una escuela primaria y talleres. Los chicos animaron actividades con los niños, jugaron con ellos y ayudaron a limpiar las habitaciones.
En un momento en que el mundo parece estar dividido por las fronteras y la política, los voluntarios misioneros salesianos se encargan de recordar la importancia de llegar directamente a los necesitados, vengan de donde vengan, y son un ejemplo inspirador de cómo todos podemos marcar la diferencia, trabajando, poco a poco, para crear un mundo mejor.
El Desayunador Salesiano Padre Chava es una de las obras más jóvenes del Proyecto Salesiano en Tijuana. El pasado verano recibió el último de los reconocimientos por su labor. En este caso, fue el secretario de Salud del estado Baja California, quien visitó el centro y elogió la labor que desarrollan los misioneros salesianos en esta zona de la ciudad con la comunidad más necesitada. Las comunidades salesianas presentes en la frontera con Estados Unidos reconocen que su trabajo se realiza “en tierra de misión. Nos sentimos cada día más comprometidos con la causa de la defensa de los Derechos Humanos siempre desde la mirada del Evangelio”.