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8 abril, 2020

La Fundación Don Bosco de Perú, al lado de los más desfavorecidos en la cuarentena por el coronavirus

La pandemia del coronavirus ha traído más pobreza y miseria a millones de personas en Hispanoamérica. El cierre de escuelas y la cuarentena ha dejado sin la posibilidad de aprender a millones de menores y sin economía de subsistencia a los adultos. Aquellos que trabajan para poder vivir son los más afectados por la medida de quedarse en casa para esquivar al virus.

La pandemia del coronavirus ha traído más pobreza y miseria a millones de personas en Hispanoamérica. El cierre de escuelas y la cuarentena han dejado a muchos menores sin aprender y sin economía de subsistencia a los adultos. Aquellos que trabajan para poder vivir son los más afectados por la medida de quedarse en casa para esquivar al virus.

Los Salesianos en Perú atienden a más de cien menores migrantes venezolanos y la Fundación Don Bosco entrega alimentos a las familias pobres. Por su parte, el presidente del país entregará 380 soles (100 euros) a cada familia de la población vulnerable durante la cuarentena. El Gobierno ha decretado dos semanas de confinamiento para intentar detener el avance de la pandemia.

Solidaridad de la Fundación Don Bosco con las familias más vulnerables de Perú.

 “La Oficina Nacional de Procesos Electorales calcula que alrededor de nueve millones de personas se encuentran en el nivel de vulnerabilidad y necesitan apoyo económico en Perú”. Muchas personas necesitadas se han puesto en contacto con la Fundación Don Bosco para pedir una ayuda”, asegura el salesiano Raúl Acuña.

Desde la Fundación Don Bosco se han organizado equipos de emergencia para atender las necesidades alimentarias de los menores de las casas de acogida. Asimismo, atienden las necesidades que van surgiendo entre la población. “En la última semana hemos cubierto la cuota de alimentos y compartido algunas cosas con familias pobres que viven cerca de las obras salesianas”, explica un miembro de la Fundación Don Bosco.

Al iniciar la segunda semana, las peticiones se multiplicaron y también las llamadas  telefónicas. A pesar haber entregado todo en la primera semana, la solidaridad de las empresas sigue llegando a los Salesianos. De esta manera, se pueden distribuir productos de primera necesidad a los más necesitados. Hasta los muchachos que viven en la Casa de Acogida ayudan en esta tarea de aprovisionamiento y reparto, colaborando incluso con fuerzas del orden a repartir agua.

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