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Ver todas las noticiasEmergencia Ucrania. “¿Cuándo podremos volver a casa?”, el grito desesperado de muchos menores
Más de tres millones de personas han cruzado las fronteras de Ucrania para salvar sus vidas. Casi tres semanas después del inicio de la invasión rusa, el horror de la guerra ha convertido ciudades enteras del norte, este y sur del país en lugares fantasmas. Miles de personas sobreviven en Ucrania en refugios subterráneos sin apenas comida, sin electricidad y sin calefacción a temperaturas bajo cero. Pero la ayuda de los misioneros salesianos sigue haciéndose presente en Ucrania y en los países fronterizos de acogida. Cada vez resulta más difícil hacer llegar la ayuda material al interior de Ucrania, pero la solidaridad salesiana también está consiguiendo acoger y atender a miles de familias que han huido de la guerra.
“Ya es imposible ocultar la realidad a los menores, porque la guerra no es un juego”, asegura un salesiano en la frontera de Ucrania con Polonia. Muchos niños y niñas ya han dibujado los horrores de la guerra y la esperanza en la paz. Todos ellos se han visto separados de una parte de sus familias, ya que los hombres de entre 18 y 60 años han sido reclutados para defender el país. Otras personas mayores, con problemas de movilidad, también se han tenido que quedar en Ucrania.
En los últimos días ha trascendido el bombardeo de escuelas, hospitales y maternidades, que ha dejado decenas de civiles muertos. La emergencia lleva camino de convertirse en una tragedia humanitaria. “Hay más de un millón de menores que ha podido huir, pero aún son varios los millones de niños y niñas que están en Ucrania huyendo de las bombas refugiados en sótanos, en el metro… llevan días sin apenas agua, ni electricidad ni calefacción y sufriendo traumas psicológicos por la terrible situación que viven”, cuenta el misionero salesiano Anatoly Hetsyanyn, responsable de la Pastoral Juvenil salesiana en Ucrania.
Otros salesianos, como el padre Oleh, capellán militar, continúan trasladando ayuda material en furgonetas al este del país. Desafían a las bombas y a la peligrosidad de circular por carreteras cada vez más controladas por Rusia y de vuelta recogen a mujeres y a menores para ponerlos a salvo. “En los últimos días ha habido bombardeos incluso después del anuncio de la apertura de los corredores humanitarios. La situación es muy peligrosa pero no podemos abandonar a la población”, explica por teléfono.
“Ahora no hay esperanza de una vida normal. De un solo golpe les roban su futuro a los jóvenes”
El padre Oleh agradece la ayuda que está llegando de Europa, “pero el problema es cómo distribuirla en otras ciudades ucranianas y hacerla llegar a las personas en los refugios: lo intentamos, incluso si somos pocas personas para hacerlo, pero a menudo nos encontramos bajo los bombardeos”.
El mayor desafío en este momento “es brindarles a los menores la seguridad y la esperanza que necesitan”, explica el padre Mykhaylo Chaban, superior de los Salesianos en Ucrania. “Al llegar a Bratislava, uno de los menores huérfanos que atendíamos en Lviv y que trasladamos allí por seguridad, lo primero que me preguntó fue: ‘¿Cuándo podremos volver a casa?’”, recuerda.
La solidaridad salesiana de todo el mundo continúa volcada con la tragedia humanitaria que vive la población de Ucrania. La coordinación de la ayuda económica, tanto para Ucrania como atender a la población que llega a Europa, sigue siendo eficaz, así como la ayuda material que llega a las fronteras. Desde Misiones Salesianas continuamos haciendo envíos de ayuda económica, tanto a Ucrania como a los países de acogida de personas refugiadas para paliar los efectos de la emergencia.
A medida que la situación se prolonga en el tiempo se abren nuevas líneas de atención salesiana, como a los menores no acompañados que llegan a las fronteras, o a las familias de acogida de Polonia, Rumanía, Hungría, Moldavia, Eslovaquia y República Checa que reciben a los refugiados en sus casas.