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Ver todas las noticiasMaría Auxiliadora, centro de todas las presencias salesianas en el mundo
El 24 de mayo es una cita ineludible en el mundo salesiano porque celebramos la fiesta de María Auxiliadora. Todas las ciudades y países de los cinco continentes donde trabajan los salesianos, especialmente las obras educativas, llevan todo el mes preparando la solemne fiesta de la Virgen de Don Bosco.
Estos días están llenos de actividades deportivas, juegos salesianos, procesiones, misas, ofrendas florales, cine, concursos escolares y hasta fuegos escolares o suelta de farolillos… todo por y para María Auxiliadora, la Virgen de Don Bosco, cuya devoción tanto propagó el fundador de la Congregación Salesiana gracias a su madre, Mamá Margarita. Ella fue quien le inculcó ese amor y esa devoción por la Virgen en las oraciones y en la vida diaria, de tal forma que desde el principio Ella fue el centro de toda su obra.
Todo comenzó cuando Don Bosco tenía 9 años. En un sueño vio que la Virgen ya le indicaba su vocación: sería sacerdote. Años más tarde, en 1860, la Virgen vuelve a hablarle en otro sueño y le dice que quiere ser honrada con el título de “Auxiliadora” y le señala el lugar para que se construya en Turín un templo dedicado a Ella, que es la actual Basílica de María Auxiliadora.
En 1862 Don Bosco convierte la opción mariana en definitiva: “La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora: los tiempos que corren son tan aciagos que tenemos necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana”, dijo.
Don Bosco comenzó la obra del templo con unas monedas que no alcanzaban a ser ni media lira, pero fueron tantos y tan grande los milagros que María Auxiliadora empezó a realizar que en sólo cuatro años estuvo terminada la Gran Basílica. De hecho, el fundador de los Salesianos solía decir que “cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen”.
La Basílica Santuario tiene cuatro capillas: una dedicada a San José, y la única que quedó como quería Don Bosco; otra a Santa María Mazzarello, cofundadora con Don Bosco de las Hijas de María Auxiliadora; una tercera dedicada a Santo Domingo Savio, el alumno de Don Bosco y el más joven de los santos no mártires venerados en la Iglesia, y la última que se dedicó a Don Bosco y que es donde descansa la urna de bronce que contiene sus reliquias.
San Juan Bosco fue el impulsor de esta advocación mariana de con frases como «No he sido yo, ha sido la Virgen Auxiliadora quien te ha salvado» o “Todo lo ha hecho Ella”, que la han extendido por todo el mundo.