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Ver todas las noticiasGuerra en Ucrania. “Seguimos al lado de los jóvenes y apostando por su educación”
La situación en Ucrania y, sobre todo, en las zonas ocupadas es dramática. La guerra en Ucrania sigue causando destrucción y dolor en la población. Hoy, más de 14 millones de personas necesitan ayuda de emergencia para sobrevivir, hay cuatro millones de personas desplazadas, otros seis han abandonado Ucrania y dos tercios de los menores no pueden ir a la escuela. El misionero salesiano Maksym Ryabukha, obispo auxiliar de Donetsk, visitó España y trasladó la necesidad de seguir al lado de los niños, niñas y jóvenes para que no pierdan la esperanza.
Tras más de dos años de conflicto, la población en Ucrania sigue padeciendo la devastación y el dolor que causan las bombas. “Nadie se esperaba esta guerra. Nadie podía pensar en una guerra en Europa, pero aquí estamos ante el horror de los bombardeos y el miedo”, dice el obispo auxiliar de Donetsk, Maksym Ryabukha, en su visita a Madrid.
La presencia de los misioneros salesianos y de la Iglesia están siendo muy importantes. “Estamos al lado de las personas y ese apoyo es fundamental para no caer en la desesperanza”, explica Ryabukha. Además, “estamos dando mucho apoyo social y de primera necesidad. Alimentos, ropa de abrigo, espacios seguros, apoyo a las personas desplazadas…”, añade.
Pero, “como Salesianos para nosotros es muy importante seguir al lado de los jóvenes. Salimos en su búsqueda, vamos a las zonas ocupadas y tratamos de que mantengan las relaciones y, por supuesto tratamos de hacer lo posible para que puedan seguir sus clases”, dice el obispo auxiliar. En estos años de conflicto, más de 4.000 escuelas han sido dañadas o destruidas completamente, lo que supone el 13% de la infraestructura educativa del país.
Nos trasladamos adonde se encuentran los jóvenes para estar con ellos y escucharlos
“El trauma que viven los niños y niñas en Ucrania y, sobre todo, los que están en zonas cercanas al frente es brutal. Hay menores que han dejado de saber leer o escribir o han dejado de hablar a causa del dolor vivido”, explica. Sin embargo, son muchas las iniciativas que los misioneros salesianos en Ucrania llevan a cabo para paliar en lo posible la situación de los menores: se construyen búnkeres en las escuelas para que los estudiantes puedan asistir a sus clases, se da oportunidad de recibir clases online, hay parroquias que se convierten en escuelas… y “está también el oratorio sobre ruedas. Con coches o furgonetas nos trasladamos a las zonas en las que se encuentran los niños, niñas y jóvenes y allí hablamos con ellos, los escuchamos, organizamos actividades, les llevamos ayuda…”.
Hay jóvenes y menores a los que la guerra se lo ha arrebatado todo y “para ellos, las parroquias se han convertido es sus hogares y sienten que no están solos”, explica Maksym Ryabukha.
A pesar de la situación tan complicada, Ryabukha dice ser “un salesiano y un obispo feliz por todas las buenas personas que me ayudan y por comprender que hay que vivir el día de hoy como si fuera el último. Con esa alegría y esas ganas”.
“La guerra es algo terrible, pero tenemos que vivir y soñar con algo mejor. Y estoy seguro de que cuando todo acabe, el pueblo de Ucrania será aún más fuerte”, añade.