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Ver todas las noticiasLa educación, herramienta salesiana clave para combatir las desigualdades y luchar contra la pobreza y el hambre
Hoy se conmemora el Día de la Alimentación, y mañana el de la Erradicación de la Pobreza. Son dos realidades que, por desgracia, van unidas y afectan a más del 10% de la población mundial. Existe una globalización de la desigualdad, de las injusticias y de la pobreza, y los conflictos que hay en el mundo hacen que las cifras de malnutrición también aumenten. Alrededor de 1.100 millones de personas viven situaciones de pobreza y 733 millones de personas sufren desnutrición crónica en el mundo. Los misioneros salesianos, a través de la educación y de la formación técnica, forman a las nuevas generaciones para que contribuyan al desarrollo de sus familias y de sus comunidades.
Más de mil millones de personas en el mundo viven situaciones de pobreza, y 733 millones de personas pasan hambre. Son cifras no muy alentadoras cuando estamos a las puertas del Día Internacional de la Erradicación de la Pobreza. Las desigualdades también se han globalizado y la pobreza y el hambre siguen aumentando y utilizándose como armas de guerra.
Zully, Mirosalav, Eugene, Daniela, Anil… son menores de edad que viven en distintas partes del mundo y que experimentan a diario la pobreza y el hambre. “La guerra nos obligó a dejar nuestra casa, y los Salesianos nos acogieron en Goma”, explica Eugene desde RD Congo. Daniela, desde República Dominicana, explica que “una tormenta tropical nos dejó sin casa y lo perdimos todo”. Miroslav continúa yendo a clase en Zhytomyr (Ucrania) en medio de la guerra, que lo ha alejado de sus amigos. Mientras, Anil, rescatado de vivir en la calle por los misioneros salesianos en Bangalore (India), intenta recuperarse de las heridas físicas y psicológicas para tratar de encontrarse de nuevo con sus padres.
Las historias de estos menores de distintos países y continentes son sólo algunos ejemplos que revelan la desigualdad y la supervivencia a la que se tienen que enfrentar millones de personas en el mundo a diario.
La pobreza y el hambre son las culpables de la muerte cada día de 24.000 personas en el mundo
Las cifras de pobreza y malnutrición abruman y causan cada día la muerte de 24.000 personas en el mundo. Hay 733 millones de personas en el mundo con desnutrición crónica, pero hay 2.300 millones que sufren una hambruna moderada o severa al no poder comer tres veces al día. A estas cifras hay que sumarle que alrededor de 2.200 millones de personas en el mundo no tienen acceso a servicios de agua potable; 4.200 millones no cuentan con servicios de saneamiento seguros y que 3.000 millones carecen de instalaciones básicas para lavarse las manos.
La edición de 2024 del informe del IPM (Índice de Pobreza Multidimensional) señala que en el mundo hay 1.100 millones de personas que viven en la pobreza extrema, de las cuales el 40% lo hace en países en situación de guerra, fragilidad y con escasa paz.
A nivel mundial, el 27,9% de los menores vive en la pobreza. Además, una gran proporción de los 1.100 millones de personas pobres carece de servicios sanitarios adecuados (828 millones), vivienda (886 millones) o combustible para cocinar (998 millones). Asimismo, más de la mitad de los 1.100 millones de personas pobres viven con una persona desnutrida en su hogar (637 millones).
Pero también el cambio climático contribuye al aumento de la pobreza y el hambre. Cada vez son más frecuentes los periodos de grandes sequías o de graves inundaciones. La sequía en el Cuerno de África, por ejemplo, es la peor registrada en 70 años. Mantiene a 80 millones de personas al borde de la hambruna, y sólo en Kenia, Somalia y Etiopía hay 7 millones de menores que sufren desnutrición aguda.
La educación salesiana es la mejor herramienta para luchar contra las desigualdades
Ante la conmemoración, hoy, del Día Mundial de la Alimentación, y mañana de la Jornada para la Erradicación de la Pobreza, desde MISIONES SALESIANAS seguimos convencidos de que la educación es la herramienta clave para transformar la vida de los niños, niñas y jóvenes más desfavorecidos y que abandonen el círculo vicioso de la pobreza. Asistir a la escuela les permitirá adquirir buenos hábitos de higiene, conocer sus derechos, recibir una alimentación sana, aspirar a cumplir sus sueños profesionales y contribuir al desarrollo de sus comunidades.
Más de 2,3 millones de menores y de jóvenes que asisten a alguna de las más de 5.500 escuelas, centros juveniles y centros de formación profesional salesianos en 137 países son la mejor demostración de que es posible dejar atrás la pobreza y convertirse en los protagonistas de su futuro gracias al Sistema Preventivo y a una educación de calidad e integral.