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Ver todas las noticiasSiria: la alegría de celebrar la vida cada día como algo extraordinario
Los Salesianos en Siria han sido capaces de convertir lo ordinario en extraordinario. En contadas ocasiones los centros salesianos en Alepo y Damasco han tenido que cerrar por el peligro de las bombas y los misiles para los menores que acudían a ellos y siempre han sido “un oasis de paz” en medio de la guerra. Miles de menores y jóvenes, y también sus familias, se sienten felices por la esperanza y la paz que les transmite la familiaridad de Don Bosco.
La guerra en Siria dura ya 8 años. Cuando empezó los Salesianos pensaban que podía ser cuestión de días o de semanas, pero nunca tanto tiempo: “No estábamos preparados para esa situación y hubo que reinventarse continuamente”, aseguran desde Alepo. Lo único que siempre tuvieron claro es que ellos se quedarían junto a los jóvenes y sus familias para acompañarlos y ayudarlos en todo lo que pudieran en medio de una cultura y educación por la paz. “Ellos forman parte de nuestra familia, y a la familia nunca se le abandona”, recalcan.
Todos, incluidos los Salesianos, han vivido el dolor por la muerte inesperada de un ser querido. Todos han pedido, confundidos por la injusticia, respuestas sobre la presencia y la bondad de Dios, y al final, todos han hallado esas respuestas y ese consuelo en la familiaridad, en la cercanía y en la ayuda de los Salesianos en Alepo, Damasco y Kafroun.
En este tiempo los menores se han convertido en adultos responsables en medio de la adversidad. “Cada mañana se despedían de sus familias como si fuera el último día de sus vidas, y es que en verdad podía serlo. Escribían un número de teléfono en sus brazos por si pasaba algo y en casa memorizaban la ropa con la que salían por si había que ir a reconocerlos tras un bombardeo”, explica un misionero salesiano en Damasco.
La fe se ha acrecentado de tal manera entre ellos que son un ejemplo para todo el mundo y los Salesianos aseguran que reciben lecciones de vida cada día por su alegría y sus ganas de vivir. Son miles de historias de dolor, de sacrificio y de necesidades, pero también de amor, de vida, de esperanza y de superación.
En la actualidad los Salesianos en Siria atienden a alrededor de 400 menores y jóvenes en Kafroun, a más de 1.000 en Alepo y a otros 1.200 en Damasco: “Jóvenes excelentes y llenos de vida, dispuestos a asumir grandes retos por su fe incondicional”, recalca Alejandro León, superior de los Salesianos en Medio Oriente.