Nosotros nos quedamos
Ver todas las campañasCuando lo más natural es huir...
Hay un tipo de persona muy especial, con un corazón enorme que un día decidió dedicar su vida a los demás. Recoge escombros, ayuda a construir, siembra, educa, ríe… y siempre tiene un plato de comida para compartir y unas palabras de ánimo para el que lo necesita.
Es una persona que nunca abandona el lugar en el que está trabajando
¿Has imaginado qué ocurriría en el mundo si no hubiese personas que dedican su vida a los demás?
El misionero se desvive cada día para que miles de niños, niñas y jóvenes, sobre todo los más vulnerables, puedan recibir una educación de calidad que les garantice un futuro mejor y una vida digna.
Gracias a su trabajo 3.000 menores en Etiopía reciben alimentación diaria.
427 niñas y niños en Sudán tienen una escuela, 1.000 mujeres reciben alfabetización en Kara o 400 niños disfrutan de un pozo en Benín.
Más de 1,5 millones de niños reciben educación y 500.000 personas han mejorado su vida en más de 130 países de todo el mundo.
Los misioneros son conscientes de que todo esto tampoco sería posible sin ti.
Tú haces que su labor sea visible y juntos estáis haciendo del mundo un lugar mejor.