Un patio para crecer
Ver todas las campañas¿Recuerdas cuando jugabas en el patio?
Risas, carreras, la pelota, la comba… Era el momento para hablar con los amigos, para jugar sin descanso, para reír y pasar un rato divertido.
Por desgracia, la pandemia ha tenido durante muchos meses las escuelas y los patios vacíos y ahora, poco a poco, abren sus puertas para ser un lugar de encuentro, para seguir dando esperanza a miles de niños, niñas y jóvenes.
Porque el patio es también un lugar en el que seguir aprendiendo y en el que poner en práctica los valores adquiridos en las aulas. Por eso, todas nuestras escuelas tienen un gran patio en el que continuar creciendo.
Los misioneros salesianos acompañan cada día a cientos de menores.
Están al lado de los que sufren la guerra de Siria, con los refugiados en Palabek (Uganda) o Kakuma (Kenia), con los pequeños excombatientes en Colombia, o con los que están en las fronteras de México esperando una vida mejor…
Y seguimos trabajando para llenar el patio con más niños y niñas vulnerables: menores explotados en minas y en fábricas, en situación de prostitución, niñas víctimas de matrimonios precoces… Millones de niños, niñas y jóvenes que no saben lo que es un aula, y mucho menos lo que es un patio.
Nos esperan miles de menores que viven en las calles o que trabajan en fábricas en condiciones inhumanas.
Está en nuestras manos ayudarlos a que vuelvan a crecer como niños.