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Ver todas las noticiasAyuda salesiana a la caravana de migrantes que llega a San Benito Petén
Huyen de la violencia, de la pobreza y de la falta de oportunidades. Son principalmente de nacionalidad hondureña y, en grupos de varios centenares, avanzan por la selva guatemalteca de Petén con la intención de llegar a México y de ahí a Estados Unidos. La misión salesiana de Petén les ha abierto sus puertas para que tengan una cama y un plato caliente antes de proseguir con su sueño de tener una vida mejor.
Los migrantes centroamericanos, en su mayoría hondureños, que forman parte de la nueva caravana, buscan alternativas por las montañas para tratar de entrar a México después de las desalentadoras noticias por el cierre de los puestos fronterizos durante horas y las restricciones que también se imponen para entrar en Estados Unidos.
“Es una afluencia extraordinaria de personas y estamos atendiéndolas en la Casa local del Migrante, en San Benito Petén. La estructura tiene una capacidad para alrededor de 50 personas, pero tuvimos que hacer frente a la llegada de 300 migrantes a la vez. Hacemos todo lo posible para garantizarles una cama y comida caliente”, explicó el misionero salesiano italiano padre Giampiero De Nardi.
La misión salesiana de San Benito Petén se puso en marcha a finales de 2011 para atender a los jóvenes en riesgo en el territorio del mismo nombre. Es una obra misionera que vive cada día la opción preferencial por los más pobres y ofrece múltiples actividades de promoción social, educación y evangelización, y que se vuelca con gran solidaridad ante la necesidad del prójimo como en este caso.
En esta ocasión, como reconoce De Nardi, “llegó un contenedor de Canadá, que se utilizó para la misión en Petén y para otros fines, y lo tuvimos que utilizar para esta emergencia humanitaria”, aclaró el misionero salesiano.
Las caravanas de migrantes centroamericanos se suceden desde hace algunos años. Ya son miles los que han abandonados sus países, pero también un gran número los que no logran su sueño de llegar a Estados Unidos o son deportados de allí. En esta ocasión, más de 3.000 personas forman la caravana, que en varios grupos y por distintas rutas intentan atravesar Guatemala para llegar a México.
La respuesta salesiana a esta emergencia humanitaria se une a la de otros grupos de la Iglesia e instituciones civiles ante el llamamiento del obispo de Tapachula: “Todos los que forman parte de esta familia diocesana, cada uno según sus posibilidades y responsabilidades, deben asegurar a estos nuestros hermanos migrantes que no les falte un pedazo de pan, no sean agredidos al pasar por nuestra diócesis y no reciban expresiones de rechazo. Dios recompensará el esfuerzo de todos por verlos, oírlos y tratarlos como hermanos, así como nos gustaría que nuestros compatriotas que viven de manera irregular en Estados Unidos fueran tratados de la mejor manera”, manifestó monseñor Jaime Calderón.
