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Ver todas las noticiasMillones de personas siguen en peligro en Siria por la guerra, la crisis económica y también por el coronavirus
El coronavirus ha logrado detener los bombardeos, las operaciones militares y los desplazamientos de personas por la guerra que sufre el país desde hace casi nueve años y medio, pero no ha detenido la pobreza ni la crisis económica, que han aumentado. El desabastecimiento, el aumento de los precios y el desempleo están llevando a muchas familias a una situación desesperada. Los Salesianos seguimos al lado de la población ofreciendo la ayuda de emergencia que podemos y acompañando a los menores en actividades de ocio y tiempo libre en verano una vez que ha finalizado el confinamiento por la pandemia.
El coronavirus es ahora mismo lo que menos preocupa en Siria aunque los casos siguen aumentando. Con la mitad de los hospitales destruidos, la guerra y la crisis económica son la prioridad para la población. Aun así, el confinamiento y las medidas higiénicas se tienen muy en cuenta en todas las actividades salesianas en Alepo, Damasco y Kafroun.
La respuesta del país a la pandemia ha acelerado el deterioro económico que ya estaba en marcha mucho antes de la aparición del virus. Problemas como la desaparición de puestos de trabajo, la caída de los salarios y la devaluación de la moneda han aumentado el sufrimiento de la población siria.
En este complicado escenario los misioneros salesianos continuamos con nuestro trabajo al lado de la población como lo hemos hecho durante todo el conflicto. Incluso hemos desarrollado actividades solidarias como la fabricación de miles de mascarillas para repartir en los centros juveniles y a las familias más necesitadas.
Para los sirios esta grave crisis económica no ha podido llegar en peor momento
Seguimos ayudando a numerosas familias y a jóvenes emprendedores de los ambientes salesianos que pretenden poner en marcha un pequeño negocio para sobrevivir. Sin embargo, la situación actual ha obligado a posponer estos proyectos ante la emergencia sanitaria y el confinamiento.
Desde principios de junio, cuando el Gobierno permitió reabrir las actividades y celebrar reuniones, los patios salesianos han vuelto a cobrar vida. El “oasis de paz” que ha caracterizado a los Salesianos en Siria en los últimos años ha vuelto a hacerse realidad aunque extremando las precauciones, tomando la temperatura a todos los menores y con el lavado de manos habitual.
A pesar de que miles de familias sirias están al borde de la ruina económica por la falta de trabajo y de ingresos, los Salesianos mantienen y contagian la esperanza de que la paz llegará y con ella la reconstrucción del país. Gracias a la solidaridad salesiana de todo el mundo, la ayuda, a cuentagotas por los problemas políticos y sociales que también vive Líbano, y acentuados desde las explosiones del pasado 4 de agosto, puede seguir llegando a los más necesitados y afectados por la guerra y ahora también por las consecuencias del coronavirus.