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Ver todas las noticiasDon Bosco Children de Etiopía, una oportunidad educativa para los menores de la calle y de ayuda a la población
Etiopía cerró escuelas y universidades por la pandemia hace casi cinco meses. La decisión de los Salesianos fue clara: “¡Todos en casa!”. Sin embargo, cien chicos que tenían que dejar uno de los centros tendrían que volver a las calles. “Aún no habían terminado el proceso de rehabilitación para ser reintegrados con sus familias y no queríamos perderlos”, explica un misionero salesiano, que optó por una opción radical: cierre general, así que, misioneros, chicos, cocineros, trabajadores sociales, y algunos trabajadores, incluyendo el conductor, se quedaron todos en el centro salesiano.
“Prohibido salir, y los pocos que podían salir y entrar, incluido el conductor, tenían que desinfectarse y lavarse en la puerta de entrada. De esta manera hemos podido mantenernos sanos hasta ahora, pero no debemos bajar la guardia en absoluto”, explica el salesiano.
Los niños han estado ocupados las 24 horas del día durante el encierro en el Bosco Children. Escuela, biblioteca, informática, deportes, trabajos manuales, vídeos educativos, concursos de dibujo, estudio de idiomas… eran las actividades.
“Con el paso de los días algunos de los muchachos se sintieron nerviosos y pidieron reunirse con sus familias o parientes cercanos. Se les dio permiso una vez que supimos con quién iban a vivir y quiénes cuidarían de ellos. Además, se les dio un poco de ayuda económica ya que las familias son muy pobres y no tienen recursos . Volverán cuando la emergencia termine. Los que se fueron también recibieron ayuda financiera, porque las familias de origen son muy pobres”, aseguran los misioneros.
La mayoría de los menores ha preferido quedarse en Don Bosco Children durante el confinamiento
Fuera de los centros salesianos el Gobierno decidió no imponer el cierre de la capital para evitar que la falta de recursos llevara a la población de los suburbios a pasar hambre. Sin embargo, algunas zonas de la metrópoli quedaron aisladas y, “lamentablemente, hay una gran irresponsabilidad por parte de las personas que no guardan distancia física ni llevan una mascarilla. La policía ha empezado a arrestar y a poner fuertes multas”, añaden los salesianos del centro.
Bosco Children también está ayudando a los que están fuera. Miles de niños de la calle han sido recogidos por la Policía Federal en grandes centros de asistencia y están siendo asistidos y cuidados por los misioneros salesianos.
Pero el signo más fuerte de solidaridad es, sin duda, la fábrica de mascarillas quirúrgicas instalada en el taller de sastrería. “Hasta ahora hemos hecho y distribuido unas 15.000 mascarillas. Cada dos o tres días nuestro conductor con el camión lleva a los niños de la calle y a los centros de asistencia y a muchos otros pobres que encuentra por el camino. También hemos ayudado a jóvenes que se encuentran en prisión y a sus familias, necesitados debido al Covid-19”.