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24 abril, 2023

Emergencia Ucrania. Mariápolis, la ‘ciudad’ salesiana de la esperanza que atiende a 800 personas en Lviv

La invasión de Ucrania cumple 14 meses, pero desde hace medio año los bombardeos de Rusia son especialmente intensos, sobre todo en el este del país, y ninguna ciudad está a salvo de los ataques. Mientras tanto, la solidaridad salesiana sigue cumpliendo sus objetivos y tanto la ayuda material como económica llegan a la población. La mayor necesidad en estos momentos, sin embargo, es el apoyo psicosocial, no sólo para las personas heridas y discapacitadas por la guerra, sino también para la población en general, que sufre traumas y un gran estrés. El ejemplo de la esperanza lo sigue representando la ‘ciudad’ de Mariápolis, levantada hace un año con módulos prefabricados en Lviv y en la que los misioneros salesianos atienden y dan de comer a diario a 800 personas.

“La mayor necesidad ahora mismo en Ucrania es el apoyo psicosocial. No sólo los heridos por la guerra tienen que superar los traumas, sino que la población en general está muy necesitada por el gran estrés en el que viven desde hace 14 meses”, aseguran desde la Oficina Salesiana de Coordinación de la Emergencia en Varsovia. Por este motivo, los Salesianos están pensando en la posibilidad de un futuro proyecto que consistiría en abrir un centro de terapia y de apoyo psicológico abierto para toda la población.   

Una vez superado el duro invierno, la buena noticia es que todos los fondos comprometidos para combatirlo fueron enviados y las necesidades de los proyectos planteados, cubiertas. Gracias a los proyectos del programa salesiano Winterisation, las escuelas, parroquias y los edificios más dañados de los ambientes salesianos y también de la población vieron cómo sus refugios, tejados, ventanas y puertas eran reparados y se mejoraba el sistema de calefacción.

La ciudad modular de Mariápolis, nombrada así en recuerdo a la Virgen María y a Mariupol, la ciudad asediada cuando se inauguró hace 11 meses, representa un signo más de la esperanza del trabajo salesiano con la población desplazada. Situada en Lviv, las casa-contenedor, que llegaron como regalo de Polonia, están equipadas con camas, mesas y armarios. Algunas habitaciones sirven entonces como comedor, lavadero, duchas y aseos y la zona también cuenta con un parque infantil para los niños.

Los misioneros salesianos ofrecen alimento diario para las 800 personas que viven allí. El proyecto de La ciudad de María terminaba este mes pero se ya se ha comprometido un nuevo presupuesto hasta el mes de octubre. Ante la cantidad de personas que atienden los Salesianos, ahora se cocina en grandes termos que la propia población desplazada se encarga de distribuir por los diferentes bloques.

La población refugiada recibe apoyo para empezar a vivir de manera independiente

En Mariápolis hay 250 menores de edad. La mayoría va a la escuela, pero para los más pequeños, además de la zona infantil que hay, se quiere habilitar una estancia para convertirla en sala de juegos y poder utilizarla también como apoyo escolar.

Superado ya el primer año de guerra, y aunque la fase de emergencia debido a los bombardeos parece no terminar nunca, ha comenzado también el proceso de apoyo a la población refugiada para ser independiente. Las ayudas públicas se van terminando y los ambientes salesianos de los países fronterizos tratan de ayudarlos para que encuentren empleo. Muchos siguen viviendo en las casas salesianas, especialmente de Polonia, pero han recibido ayuda para saber escribir su curriculum vitae, para rellenar los trámites administrativos, ir a las oficinas de empleo… aunque seguirán teniendo el apoyo salesiano para cuidar a los menores y que puedan empezar a trabajar.

Con la cercanía del verano, los misioneros salesianos empiezan también a preparar, como el año pasado, los campamentos de verano para los niños y niñas desplazados y refugiados que tan buenos resultados dieron. Mientras tanto, el día a día de los Salesianos continúa lleno de actividades para ayudar a la población y atenderla de manera personal con el reparto de alimentos y también espiritual.

El obispo salesiano monseñor Maksym Ryabukha, que hasta diciembre era director de la casa de Kiev destaca un hecho que él califica de milagroso: “Desde el comienzo de la invasión, nadie de los que ha pasado por nuestras casas ha muerto en la guerra. Esto para mí es un gran milagro sólo atribuible a María Auxiliadora”.

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