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Ver todas las noticiasEmergencia Ucrania. El sueño de todos los refugiados: “Que la guerra acabe pronto para regresar a casa”
La invasión en Ucrania ha cumplido casi 80 días y millones de personas continúan sufriendo las consecuencias de la guerra: miedo, dolor, destrucción, muerte, desplazamientos forzosos… Los misioneros salesianos en Ucrania siguen ayudando a la población en once obras salesianas de nueve ciudades en las que reparten ayuda de emergencia, atienden a los heridos y también acogen a familias desplazadas. En los países limítrofes nuestro trabajo también se centra en la atención y en la acogida, de manera especial a los menores que sufren el trauma de una situación que nunca habían vivido.
El número de personas refugiadas que cruza a diario los pasos fronterizos entre Ucrania y Polonia ha descendido en las últimas semanas. Hubo quienes escaparon al inicio de la invasión, también los que aguantaron unos días al pensar que la guerra no iba a durar y, por último, los que han decidido quedarse o no han podido huir.
Más de 13 millones de personas han tenido que abandonar sus hogares en Ucrania por la violencia y más de cinco se han convertido en refugiadas en los países limítrofes. Si la guerra continúa, el equipo de coordinación de las actividades salesianas en todos los territorios afectados se prepara para una posible segunda ola de refugiados.
La solidaridad salesiana sigue llegando a las personas desplazadas en Ucrania y refugiadas en Europa
Mientras tanto, los misioneros salesianos en todos los países fronterizos con Ucrania continuamos ofreciendo ayuda y acogiendo a la población refugiada. Más de 10.000 personas han recibido atención en obras salesianas de Polonia, Eslovaquia, Rumanía, Hungría y Moldavia desde que comenzó la emergencia, y muchos permanecen alojados en nuestras casas.
Natalia, una joven enfermera, madre de tres hijos que huyó de la región de Khmelnytsky, en el oeste de Ucrania, lo confirma desde la casa salesiana de Czerwinsk, cerca de Varsovia: “Estamos bien y nos sentimos a gusto y seguros. Todos se preocupan por nosotros y los niños están contentos y tienen grandes espacios para jugar y también tiempo para ir a la escuela”.
Ella llegó con ventaja respecto a muchos de sus compatriotas, pues parte de su familia tiene raíces polacas, habla bien el idioma y había estado en varias ciudades de Polonia. Pero a la vez esto es una responsabilidad, “porque me dedico a ayudar a mis compatriotas en todo lo que puedo para su integración”, explica.
A pesar de la ayuda que reciben las personas refugiadas al llegar a Polonia y de lo bien que se encuentran en las obras salesianas, todos tienen un pensamiento recurrente: “¡Regresar a Ucrania lo antes posible! ¡Y espero que sea muy pronto! Ucrania está luchando por la vida y nuestra libertad, para que aquellos que tuvieron que irse puedan volver a casa y comenzar una nueva vida”, asegura Natalia.
