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Ver todas las noticiasEspíritu de familia en la Escuela Sociodeportiva del Real Madrid Don Bosco Mimboman (Camerún)
El Centro Juvenil Don Bosco Mimboman de Yaundé (Camerún), representa un lugar de encuentro seguro para el ocio y el tiempo libre de los jóvenes. Desde hace 13 años se encuentra en él la Escuela Sociodeportiva del Real Madrid Don Bosco, por la que han pasado en este tiempo más de mil menores que han aprendido valores y hábitos de estudio, a la vez que han mejorado su comportamiento gracias a la práctica del fútbol. En ella, cada año participan alrededor de un centenar de menores de entre 5 y 17 años que, gracias al acompañamiento que tienen y al estilo de vida saludable, mejoran su rendimiento académico y se convierten en modelos para otros jóvenes por su vida saludable.
El Centro Juvenil Don Bosco Mimboman, en Yaundé, forma parte de la comunidad salesiana que se instaló en 1992 con una parroquia y un centro de FP. Los Salesianos representan un espacio seguro entre los jóvenes. Les ofrecen a diario un marco adecuado para su desarrollo y educación a través del deporte, el ocio y el tiempo libre.
Gracias al acuerdo de colaboración entre la Fundación Real Madrid y MISIONES SALESIANAS, la Escuela Sociodeportiva Don Bosco Mimboman representa desde el año 2012 un marco educativo que ofrece una formación integral, especialmente en el ámbito del deporte. El trabajo de los salesianos y de los monitores de la escuela promueve un sentido de pertenencia y un ambiente de familia estable entre los jóvenes, llevándolos al compromiso humano y cívico a través de la práctica de actividades deportivas y educativas.
Bobby, de 15 años, es un ejemplo de los buenos resultados que consigue la Escuela Sociodeportiva del Real Madrid en Camerún. Se incorporó al proyecto Don Bosco Mimboman en 2021. Procedía de un entorno difícil y vivía solo con su abuela. Por eso no fue fácil hacerle entender que lo más importante no era la competencia y la victoria, sino aprender a través del juego. “La formación en los valores lo ayudó a desarrollar un espíritu de equipo y a descubrir otra forma de aprendizaje. Mejoró sus habilidades físicas y técnicas, pero también la capacidad para comunicarse con sus compañeros”, explica Serge, su entrador.
Monique Ngock, antigua alumna de la Escuela Sociodeportiva, ahora es profesional del Reims, en Francia. Ella afirma que “debo mucho a Don Bosco y a la Fundación Real Madrid, porque viví momentos extraordinarios que influyeron en mi vida como futbolista”.
Entrenamientos, refuerzo escolar y sensibilización, actividades que realizan
La Escuela Sociodeportiva Don Bosco Mimboman es una de las 24 que forman parte del proyecto salesiano con la institución madridista, que se encuentran en 16 países de tres continentes y en las que se atienden a más de 4.000 menores cada curso.
Tres días a la semana, el casi centenar de participantes en el programa realizan sus entrenamientos y partidos entre ellos. Entre las actividades educativas que complementan el programa se encuentran los cursos de refuerzo escolar y la formación en valores humanos y morales. Además, realizan excursiones, reciben una merienda, cursos de primeros auxilios y cuentan con un seguro deportivo.
Casi un 20% de los menores del proyecto procede de situaciones de vulnerabilidad: familia desplazada o refugiada, discapacidad, orfandad o descendiente de familia monoparental… “participar en el proyecto refuerza su confianza y autoestima y les permite adquirir habilidades sociales”, explica un monitor del centro juvenil salesiano.
Entre las actividades de la Escuela Sociodeportiva Don Bosco figuran los torneos amistosos con otros clubes y equipos de la ciudad. También, la relación continua con los padres para hacerles partícipes de los valores que aprenden los menores en las actividades del programa.
Las escuelas sociodeportivas de MISIONES SALESIANAS y la Fundación Real Madrid ponen en práctica el Sistema Preventivo de Don Bosco para favorecer la integración social y practicar en ellas la solidaridad, el espíritu de equipo, el respeto y la inclusión a través del deporte, el estudio y el aprendizaje de buenos hábitos de higiene, salud y alimenticios. Tienen en común las características de los ambientes salesianos, como son la alegría, el respeto y la solidaridad, y todas ellas se resumen en el lema por el que se benefician miles de menores en situación de vulnerabilidad en el mundo con este proyecto: Ellos juegan, nosotros educamos.