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Ver todas las noticiasPandemia, huracanes, migrantes y mucha pobreza es el grito desesperado de ayuda en Guatemala
Los Ćŗltimos meses en Guatemala han estado llenos de dificultad, algo a lo que la poblaciĆ³n estĆ”, por desgracia, demasiado acostumbrada. La crisis, la pobreza y el hambre se han intensificado debido a la pandemia y al confinamiento obligatorio. AdemĆ”s, el paso de dos huracanes, en agosto y noviembre del aƱo pasado, devastaron aĆŗn mĆ”s la zona dejando sin vivienda, ni tierra ni animales para sobrevivir a la mayorĆa de la poblaciĆ³n. Ante esta situaciĆ³n, los misioneros salesianos continĆŗan queriendo llegar al mĆ”ximo nĆŗmero de personas necesitadas, acompaƱƔndolas y haciĆ©ndoles llegar ayuda de emergencia.
En las Ćŗltimas semanas, en medio de la pobreza debido a la pandemia, una nueva caravana de migrantes ha cruzado el paĆs en busca de una vida mejor en Estados Unidos. Huyendo del hambre, miles de migrantes fueron bloqueados por la policĆa y el ejĆ©rcito guatemaltecos para impedir su paso generando episodios de gran violencia.
āMuchas personas buscan comida porque tienen mucha hambre, pero ni siquiera se detienen a dormir. SĆ³lo quieren avanzarā, asegura el misionero salesiano Giampiero de Nardi. Viajan familias enteras, con niƱos pequeƱos. āEstamos tratando de hacer frente a la emergencia y ofrecemos una media de 150 comidas al dĆa. Tenemos una olla de sopa siempre llena para los que van llegandoā.
Los misioneros salesianos llevamos 30 aƱos al lado de la poblaciĆ³n mĆ”s humilde en Alta Verapaz
El objetivo de los misioneros salesianos en la humilde localidad de San Benito PetĆ©n es atender a los niƱos y niƱas mĆ”s vulnerables en medio de esta compleja situaciĆ³n de pandemia, huracanes, migrantes y pobreza.
Los daƱos causados por las inundaciones y los numerosos deslizamientos de tierra tras el paso de los huracanes Eta e Iota fueron muy graves: mĆ”s de 50 personas murieron y decenas de viviendas quedaron sepultadas. Los caminos quedaron transformados en pequeƱos rĆos y muchas familias indĆgenas de la etnia Qāeqchi sobreviven en pequeƱos espacios esperando poder reconstruir sus precarias vidas.
Las viviendas mĆ”s populares son de hierro o laminadas con nailon. En el interior, la temperatura llega a los 42 grados, y por eso los niƱos viven en la calle expuestos a multitud de riesgos y peligros. El desastre causado por el paso de los huracanes nos ha obligado a comprometernos con la reconstrucciĆ³n de sus viviendas, para que sean resistentes y les dĆ© calidad de vida. āNo indicamos un nĆŗmero concreto de viviendas a construir porque la intenciĆ³n es tantas como sea posible para asegurar una calidad de vida al menos aceptableā, explica De Nardi. La falta de vivienda, unida a la escasez de agua potable y a la pobreza en general es campo abonado para las enfermedades: tuberculosis, tifus, malaria, infecciones de todo tipo, lombrices y diarreas. Con las nuevas viviendas tambiĆ©n mejorarĆ”n su acceso al agua potable y se reducirĆ”n las enfermedades en la poblaciĆ³n infantil.
