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Ver todas las noticiasAdeyi y Asanam, casos de éxito en el Hogar de Niños Don Bosco de Nigeria gracias a la educación
Cuando los misioneros salesianos llegaron a Nigeria en 1982 se dieron cuenta de que el fenómeno de los niños y jóvenes que viven en la calle estaba muy extendido. Los más pequeños deambulan por las calles de las grandes ciudades en busca de algo para comer, con la intención de realizar pequeños trabajos, o hay incluso quienes se ven obligados a robar para revenderlo y poder comprar algo de comida. El Hogar de Niños Don Bosco (Bosco Boys Home) es una referencia para los menores en situación de calle que quieren cambiar de vida. Volver a la escuela, aprender un oficio y regresar con su familia son los objetivos que persiguen los Salesianos con estos chicos que tienen todo el futuro por delante.
Adeyi es un chico de 14 años que vivía en Ogbomoso, una ciudad del suroeste de Nigeria. Perdió a su madre cuando era muy pequeño, creció con su tío y sufrió abusos de todo tipo en su hogar. Esta terrible situación lo llevó a huir de su casa para vivir en la calle. Realizó diferentes trabajos desde que llegó a Lagos, la ciudad más grande del país. “Vendía agua y galletas. Iba muchas veces a ayudar a las personas que venden agua potable, pero a los niños de la calle nos dan muy pocas monedas. Sufrí malos tratos, pero cuando conocí a los Salesianos todo cambió”, explica.
Asanam, por su parte, tiene 15 años. Él también se escapó de casa después de numerosos abusos por parte de su familia. “En la calle no sabía dónde dormir. Conocí a algunos chicos que también se habían escapado de casa. Le pedía dinero a la gente para poder comer algo, pero la vida en la calle es muy difícil y siempre hay que tener cuidado. Es una vida dura y sólo sobreviven los más fuertes”, recuerda. “Me sentí desanimado y perdido hasta que llegué al Hogar de Niños Don Bosco, donde me di cuenta de que la vida podía ser diferente”.
Los casos de Adeyi y Asanam son sólo dos ejemplos de los muchos menores que los misioneros salesianos recogen de las calles, trabajo que no se detuvo durante la pandemia. Otros llegan por su propio pie porque han escuchado que Don Bosco les puede cambiar la vida.
Los hogares Bosco Boys acogen y acompañan a los menores en situación de calle
Los Bosco Boys (Hogares de Niños Don Bosco) son espacios diseñados para que los menores en situación extrema vulnerabilidad se sientan acompañados a través de una primera acogida. Los misioneros salesianos, junto con un equipo de trabajadores sociales y educadores, les garantizan alimentación, atención y apoyo psicológico. Después se les ofrece la posibilidad de realizar un curso educativo o de formación profesional para ayudarlos a redefinir pequeñas metas, conocer sus capacidades y recuperar la confianza en ellos mismos.
Los Salesianos en Nigeria, además de trabajar en obras pastorales y educativas, lo hacemos con los menores pobres y abandonados en las calles a través de dos centros de protección infantil en Ibadan (inaugurado en 2009) y Lagos (2018), llegando a cientos de menores abandonados, víctimas trata, maltrato, huérfanos, menores en conflicto con la ley y jóvenes drogodependientes.
El objetivo de los misioneros salesianos es cambiar la vida del mayor número posible de menores en situación de vulnerabilidad para garantizar su futuro gracias a la educación. Las becas son una ayuda imprescindible para ofrecer un apoyo continuo que se traduce en comidas, tratamientos, cuotas y materiales escolares, ropa y uniformes.
Adeyi realizó un curso de formación profesional y retomó el contacto con sus padres, consiguió matricularse en el colegio y su vida ha cambiado totalmente. Mientras que Asanam, gracias a los cursos de formación profesional, está descubriendo poco a poco las grandes habilidades que tiene. Asegura que “ahora sé que valgo más de lo que las calles me han hecho creer. Gracias a la ayuda del Bosco Boys Home estoy aprendiendo muchas cosas nuevas y sé lo que quiero hacer cuando sea mayor. El hogar para mí es donde puedo ser feliz sin ser maltratado”.