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11 febrero, 2022

Jóvenes embajadores de la paz al cambiar sus vidas después de participar en una guerra

El reclutamiento de niños y niñas en el mundo para su utilización en conflictos armados es una de las situaciones más graves de abuso, explotación y vulneración de los derechos de los menores. Mañana se conmemora el Día Internacional contra el Uso de Menores Soldado y nuestro trabajo trata de restablecer la dignidad de estas víctimas que han participado en las guerras. En muchos países donde trabajamos les ofrecemos acompañamiento y ayuda para superar los traumas y educación para su reintegración familiar y social.

En el mundo hay decenas de miles de niños y niñas que participan en guerras en la actualidad. Las armas son sus juguetes y nuestro objetivo es cambiar pistolas por libros, devolverles la infancia y educarlos en una cultura de paz. Los niños y niñas soldado se han convertido, por desgracia, en uno de los negocios más rentables de la guerra, ya que sus cualidades y capacidades otorgan ventaja siempre al bando que los recluta porque aprenden muy rápido, obedecen sin protestar, son muy leales a los mandos, realizan las labores más peligrosas con fanatismo y sin analizar los riesgos, no comen demasiado y son fácilmente reemplazables.

“Hace unos años estaba pegando plomo (disparando) en la selva colombiana. Vi morir a muchos amigos, niños como yo, y pensaba que la guerrilla era mi familia, pero estaba equivocado y hui. Gracias los Salesianos tuve una segunda oportunidad en la vida y, sin preguntar por mi pasado, me prepararon dándome educación y un futuro del que ahora yo sí soy el protagonista”, asegura Manuel, un joven que combatió con la guerrilla.

Nuestro documental Alto el fuego refleja la situación de Manuel, Catalina, Claudia, Sandra… menores que fueron reclutados por la FARC en Colombia y que huyeron de la violencia para formar parte de uno de los programas psicosociales de Ciudad Don Bosco-Medellín, donde empezaron una nueva vida. El cortometraje cuenta sus historias de superación y, sobre todo, de esperanza, con una apuesta decidida por la educación y por la paz.

En el Día contra el Uso de Menores Soldado hay que reivindicar la paz a través de la educación

El programa salesiano Construyendo sueños en Colombia es un ejemplo del trabajo que los misioneros salesianos realizan en muchos países para que los menores desvinculados de los conflictos armados superen sus traumas y se reintegren en la sociedad. Por la Casa de Protección Especializada de Medellín han pasado más de 2.000 menores en lo que va siglo, y más del 75% ha logrado comenzar una nueva vida lejos de la violencia.

“Viajar a Europa gracias al documental nos cambió la vida. Ofrecer nuestro testimonio en las instituciones europeas significó creer que la paz era posible si empezaba por nosotros mismos”, asegura Catalina. Ella y Claudia cumplieron su sueño y se graduaron en Enfermería gracias a una beca de Misiones Salesianas. Manuel lo hizo en Artes Gráficas y Sandra en Administración de Salud.

Son modelos para otros menores y siguen vinculados al programa como embajadores de paz para la sociedad, pero también van desarrollando su propio camino; Manuel, por ejemplo, dejó su trabajo en la ciudad y se fue al campo a vivir con su nueva familia, ya que fue padre el verano pasado, mientras que Sandra encontró apoyo en Europa y sigue estudiando en Alemania. “Cuando a las familias de los niños que cuido les hablé de mi pasado se sintieron orgullosas de mí y me ayudaron mucho”, recuerda.

Catalina y Claudia tiene mucho trabajo debido a la pandemia, pero reconocen que “somos felices por haber cumplido nuestro sueño gracias a Don Bosco. Los menores que atendemos agradecen cualquier muestra de cariño, así que ojalá que la paz llegue a todos los países para que no haya niños y niñas empuñando armas”, comentan.

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