Pasos firmes hacia una educación inclusiva en Piura (Perú)

Pero, por suerte, algo está cambiando.

La educación inclusiva ya no es un ideal lejano, sino una realidad que empieza a tomar forma en el Centro de Educación Técnico-Productiva (CETPRO) Bosconia.

¿Qué es la educación inclusiva?

La educación inclusiva es mucho más que un concepto pedagógico, es un derecho. O, dicho de otra forma, la garantía de que todos los niños, niñas y jóvenes puedan acceder a un aprendizaje de calidad sin importar sus condiciones físicas, intelectuales o sociales.

No se trata únicamente de permitir que un estudiante con discapacidad entre a un aula, sino de crear un entorno donde pueda desarrollarse plenamente, con los apoyos y recursos necesarios para su aprendizaje.

Por lo que, cuando hablamos de fomentar la educación inclusiva, nos referimos a adaptar metodologías, infraestructuras y materiales para que cada persona pueda alcanzar su máximo potencial.

Porque la educación inclusiva va mucho más allá de la accesibilidad.

Es un modelo que promueve la diversidad como un valor, que enseña desde el respeto y la empatía, y que prepara a las nuevas generaciones para construir una sociedad más justa y equitativa.

Y cuando un sistema educativo se adapta a las necesidades de todos, no sólo ganan los estudiantes, sino toda la comunidad.

Cómo mejorar la calidad de la educación con enfoque inclusivo

Lograr una educación inclusiva de calidad requiere algo más que buena voluntad. Implica un cambio estructural que abarque desde la formación docente hasta la adecuación de los espacios y las metodologías utilizadas.

Estos son algunos aspectos que debemos tener en cuenta para que ningún joven se quede atrás:

• Docentes preparados

Contar con un profesorado formado en educación inclusiva es fundamental para el éxito del proyecto. La capacitación en estrategias didácticas adaptadas, lenguaje de señas, tecnologías de apoyo y metodologías flexibles son algunas de las herramientas que hacen posible que el aprendizaje sea accesible para todos y todas.

• Infraestructuras accesibles

Las rampas, los ascensores, los baños y el mobiliario adaptado son esenciales para que el entorno escolar no sea una barrera. Pero la accesibilidad también implica garantizar materiales didácticos en braille, audiolibros o herramientas digitales que faciliten el aprendizaje.

• Currículo flexible

No todas las personas aprenden de la misma forma, ni al mismo ritmo. Implementar modelos educativos que permitan adaptar los contenidos y las evaluaciones según las necesidades de cada estudiante ayuda a que la enseñanza sea realmente inclusiva.

• Trabajo en red con la comunidad

El acompañamiento familiar, las alianzas con organizaciones especializadas y la sensibilización social juegan un papel decisivo en la educación inclusiva, ya que garantizan un entorno más comprensivo y adaptado a las necesidades de cada estudiante.

Y, en Piura, gracias al esfuerzo conjunto de MISIONES SALESIANAS y la Fundación Sacyr, este cambio ya está en marcha.

Obra Social Bosconia: un ejemplo de apoyo a jóvenes con discapacidad en Perú

En el Asentamiento Humano Nueva Esperanza de Piura, la Obra Social Bosconia está transformando la educación técnica con un enfoque inclusivo.

Pero este camino no ha estado exento de desafíos.

Las instalaciones del CETPRO Bosconia no estaban preparadas para recibir a jóvenes con discapacidad física, lo que limitaba su acceso a la formación profesional​.

Al no contar con infraestructuras adecuadas, los jóvenes con discapacidad tenían serios problemas para moverse dentro del centro y acceder a las aulas ubicadas en niveles superiores​.

Además, detectamos un alto consumo de agua debido a instalaciones sanitarias deterioradas, lo que generaba un problema ambiental y de sostenibilidad​.

Cabe recordar, que el CETPRO Bosconia es un centro piloto de los Salesianos en Perú para la implementación de directrices medioambientales en su malla curricular.

Así que, ¿qué es lo que hicimos?

Contactar con la Fundación Sacyr para ponerle remedio.

Gracias a esta colaboración, hoy el CETPRO Bosconia es un espacio más accesible e inclusivo:

– Cuenta con dos baños adaptados, asegurando que los jóvenes con discapacidad puedan usarlos con autonomía y dignidad.

– Estamos gestionando la instalación de un ascensor para que todos los estudiantes puedan acceder a los espacios formativos.

– Hemos cambiado las válvulas de control en las instalaciones sanitarias para reducir el consumo de agua, alineando el centro con un enfoque medioambiental sostenible.

Estos pequeños cambios impactarán directamente en la calidad de vida de unos 80 jóvenes con discapacidad o movilidad reducida cada año.

Pero todavía queda mucho por hacer.

En MISIONES SALESIANAS sabemos que la educación inclusiva es la clave para romper los círculos de pobreza y construir una sociedad más justa. Y con proyectos como el de Bosconia, seguimos avanzando en este camino.

Porque cuando un joven con discapacidad tiene acceso a una formación de calidad, no sólo aprende un oficio. Descubre su valor, se empodera y demuestra que el talento no entiende de barreras.

Y tú también puedes ser parte de esta transformación. ¿Nos ayudas a cambiar vidas a través de la educación inclusiva?

¡Súmate al cambio!