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Ver todas las noticiasCompromiso por la paz y la educación de los más desfavorecidos en Sudán del Sur
Hace un mes los líderes políticos de Sudán del Sur firmaron un documento final sobre los acuerdos de paz, pero el escepticismo reina entre la población al comprobar que las condiciones de vida siguen empeorando. Sin embargo, los Salesianos continúan haciendo lo que siempre hacen, en tiempos de paz o de guerra y peligro: educar a los jóvenes, especialmente a los más necesitados en el país más joven del mundo, que declaró la independencia en julio de 2011 y que desde 2013 vive un guerra civil que ya dejado más de 320.000 muertos y una situación de hambruna que se ha convertido en la peor arma de guerra contra la población.
El salesiano coadjutor Jim Comino también espera que llegue la paz definitiva al país. Durante décadas conoció la dificultad de desarrollar iniciativas de desarrollo y formación para que los jóvenes asumieran su futuro en sus manos. “Nos comprometemos a ayudar a los desplazados y refugiados a través de actividades de reconciliación para lograr la paz entre las diferentes tribus”, explica en una carta. “Tratamos de inspirar y dar esperanza para que se logre un futuro más humano, viviendo el espíritu cristiano”.
Los misioneros salesianos ofrecen la ayuda inmediata para los necesitados, que es “una carrera desesperada contra el tiempo” y, al mismo tiempo, los proyectos agrícolas se activan para que puedan vivir y ser autónomos en su propia tierra, evitando la emigración.
Con la guerra se estima que un tercio de la población abandonó sus aldeas y que el 60% de la población no sabe dónde, ni cuándo podrá comer. El drama del hambre también afecta al menos a 15.000 personas en el campamento de refugiados en el que trabajan los Salesianos, y entre ellos unos 5.000 menores que asisten a la escuela. “Queremos garantizarles al menos una comida al día porque para muchos de ellos es el único alimento que reciben y, a menudo, el más débil se desmaya en medio de la clase”, explica el salesiano.
Los Salesianos en Sudán del Sur quieren extender la educación, dar a cada niño y niña una silla, una mesa, material escolar… Trabajar en educación para los misioneros salesianos significa trabajar por la paz: “Solo haciendo que los sursudaneses sean autosuficientes podremos poner fin a las luchas tribales”, concluye Jim Comino.
En medio de esta realidad de gran sufrimiento los Salesianos intentamos ayudar a la población local tanto como sea posible. Se construyen escuelas, se capacitan maestros, se promueve el acceso a tratamientos médicos y a hábitos de higiene y se le ofrece medicamentos a quienes no tendrían otras alternativas para proteger su salud.
Un servicio importante que está dirigido a las personas desplazadas en Juba, donde los Salesianos tienen la gestión directa en un campamento en el que se encargan de todo: son los responsables de distribución del agua, de los alimentos, de la ropa, de la administración de vacunas y hasta de la provisión de oportunidades educativas.