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Ver todas las noticiasSueños y retos misioneros junto a Don Bosco en el nuevo año para la infancia y la juventud que atendemos
Un nuevo año siempre implica buenos deseos, objetivos, propósitos y hasta promesas para cumplirlas durante los siguientes 12 meses. En 2026, con el eco el Año Santo Jubilar, para MISIONES SALESIANAS los deseos representan siempre compromisos y obligaciones llenos de esperanza con los niños, niñas y jóvenes que atendemos junto a los misioneros salesianos en los cinco continentes, y se resumen en atención, protección, cultura de paz y educación de calidad.
Empezaremos el nuevo año celebrando el mes de Don Bosco y seguiremos inmersos en la conmemoración del 150 aniversario de la primera expedición misionera de los Salesianos a Argentina. Un sueño hecho realidad que se extiende ya por 137 países de los cinco continentes y que sigue vivo y de actualidad gracias a la revolucionaria pedagogía que ideó el fundador de los Salesianos: el Sistema Preventivo.
Los misioneros salesianos atienen a diario en el mundo a decenas de miles de menores y de jóvenes, desde guarderías hasta universidades, pasando por albergues, comedores, centros de alfabetización… y, por supuesto, en los imprescindibles oratorios y centros juveniles, que fueron el principio del sueño de Don Bosco. La educación en valores en las casi 6.500 obras salesianas se fusiona con el ocio y el tiempo libre en los patios para formar “honrados ciudadanos y buenos cristianos”, y contribuir al desarrollo humano integral con el estilo pedagógico de Don Bosco.
Cientos de misioneros encarnan en la actualidad al Don Bosco del siglo XXI y son capaces de ayudar a que los niños y niñas más desfavorecidos se conviertan en protagonistas de sus vidas y en dueños de su futuro en un ambiente familiar rodeados de cariño, comprensión y esperanza. Los Salesianos los invitan a que sueñen en grande para que, gracias a la educación, sean, como el lema pastoral de este curso, protagonistas de la historia.






El año comenzará con más desigualdades que nunca, pero no perdemos la esperanza
Somos conscientes de que el año empezará con más desigualdades en el mundo, con más incertidumbres por la violencia, más vulneración de derechos de la infancia, más riesgos para la salud ante la falta de agua y la mayor cifra de desplazados de la historia. Pero como hacía Don Bosco, no podemos perder la esperanza ni dejar de trabajar para construir un mundo mejor, más justo, solidario y humano. La educación de calidad, a través del Sistema Preventivo de Don Bosco, continúa siendo una respuesta actual, real y exitosa ante los problemas del mundo, como lo demuestran cientos de historias de éxito que experimentan a diario los misioneros salesianos.
Seguiremos, por tanto, trabajando para que los menores y los jóvenes del mundo se sientan protegidos y acompañados, con una educación de calidad para todos, que es la mejor herramienta para construir una cultura de paz con la que se conviertan en los protagonistas de sus vidas con un futuro por delante lleno de oportunidades.
Continuaremos trabajando codo con codo con los misioneros salesianos rescatando a menores de las calles y ofreciéndoles un refugio seguro y un ambiente de familia; seguiremos salvando de la prostitución a cientos de niñas y adolescentes; combatiendo la explotación infantil, la trata y el matrimonio temprano; repartiendo alimentos y ayuda de emergencia allí donde se necesite; acogiendo, protegiendo y acompañando a las personas desplazadas y refugiadas por la violencia y los desastres naturales; preocupándonos por los menores en conflicto con la ley; cuidando y velando por los derechos de los pueblos originarios; atendiendo a niños y niñas huérfanos víctimas de los conflictos armados y ofreciéndoles espacios seguros de ocio para su educación…
La generosidad de miles de personas nos ayudan cada día a apoyar a los misioneros
Gracias a la generosidad de miles de personas que nos ayudan cada día, los misioneros salesianos no están solos, y en MISIONES SALESIANAS hacemos posible que en 137 países de los cinco continentes se obre a diario el milagro que Don Bosco quería para los niños y niñas que más lo necesitan: protección, atención, familiaridad, esperanza y educación.
Un año apasionante por delante para que el sueño de Don Bosco siga haciéndose realidad en la vida de los niños, niñas y jóvenes que más lo necesitan y se conviertan en protagonistas de la historia. ¿Nos ayudas a conseguirlo?