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Ver todas las noticiasLos misioneros salesianos llevan la alegría de la Navidad a todos los rincones del mundo
En medio de las guerras, del desamparo que sufren los migrantes y refugiados, en los lugares donde la pobreza, las epidemias y el hambre forman parte de la rutina diaria, allí siempre hay un corazón salesiano acogedor para ayudar, acompañar e infundir esperanza. Los misioneros salesianos trabajan en 136 países de los cinco continentes y hoy compartirán la alegría del Nacimiento de Jesús con menores, jóvenes y sus familiares, especialmente con los más desfavorecidos y vulnerables con los que comparten el día a día.
Es Navidad, pero podemos recordar la guerra de Siria o la de Sudán del Sur, la situación en Venezuela o Nigeria, hablar de los niños de la calle de Sierra Leona, Costa de Marfil o India, de los menores traficados y explotados, de las menores que venden sus frágiles cuerpos para poder comer, de los refugiados y migrantes, de los menores huérfanos, de los que no pueden ir colegio… son millones de historias, una por cada persona que atienden los Salesianos, que siguen sacudiendo nuestras conciencias.
En estos días de reencuentros, celebraciones y excesos de comida, bebida, regalos, propósitos y buenos deseos, los Salesianos ponen el acento en la esencia de la Navidad: el Nacimiento de Jesús, la persona que da sentido a su espíritu misionero y a la vida de millones de personas en el mundo a las que la adversidad no les impide continuar adelante y luchar por un futuro mejor.
Como el resto del año, pero en estos días de manera especial, los misioneros salesianos estarán al lado de los que sufren, sentados juntos a la mesa y conviviendo con sus realidades. La palabra compartir cobra en estas fechas un sentido especial que, ojalá, se extendiera por todo el mundo y para siempre.
Las actividades especiales con los menores y jóvenes para que conozcan el sentido de la Navidad son las protagonistas de estos días en los que no faltará, gracias a la generosidad de muchos donantes, un detalle especial con ellos en forma de regalo.
En Siria, los oratorios y centros juveniles salesianos seguirán respondiendo a esa cualidad de representar “un oasis de paz” en medio de la guerra; en Venezuela los Salesianos compartirán arepas con muchas familias afectadas por las grave situación de desabastecimiento y crisis que sufre el país; en Colombia cientos de menores que atienden los Salesianos en los programas de protección de la infancia celebrarán la Nochebuena en Ciudad Don Bosco Medellín; en México el Desayunador Salesiano Padre Chava ofrecerá comidas especiales para los cientos de migrantes que atiende cada día…
En otros lugares del mundo la celebración en torno a la mesa será mucho más sencilla, como en el campo de refugiados de Palabek (Uganda), donde los sursudaneses que han huido de la guerra compartirán con los Salesianos un plato de arroz con salsa. Lo mismo ocurrirá en muchas capitales africanas donde los misioneros salesianos recogerán a más niños de la calle para que puedan vivir una Navidad diferente en un ambiente de cariño y familiaridad.
Lo que no variará de un continente a otro será la alegría del verdadero espíritu navideño. ¡Feliz Navidad!